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Revelan que gobierno de Bukele buscó pactar con el CJNG para capturar líder de los Maras en el Salvador

En un intento por recapturar a Élmer Canales Rivera, también conocido como “Crook”, líder de la Mara Salvatrucha-13 (MS-13), el gobierno de El Salvador habría ofrecido pagar un millón de dólares al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), reveló una investigación perodística del medio salvadoreño El Faro.

Canales Rivera fue liberado ilegalmente en noviembre de 2021, como parte de un presunto acuerdo entre el gobierno y las principales pandillas salvadoreñas. Este esfuerzo por su recaptura se produce en un contexto previo a las elecciones presidenciales de febrero de 2024, sugiriendo un intento del gobierno salvadoreño por eliminar evidencia de sus pactos con grupos criminales.

La operación encubierta fue dirigida por Raúl Eduardo Reyes Escuintla, jefe de la División Élite Contra el Crimen Organizado (DECO), quien buscó la cooperación de individuos con conexiones en el bajo mundo mexicano. A pesar de los desesperados intentos de colaboración con traficantes de personas y coyotes, la elección final recayó en Rafael Eduardo J, alias “Rafa” o “Chafa”, un veterano y prófugo líder del Barrio 18 Sureños con interés personal en la operación debido a la captura de su hermana bajo el régimen de excepción salvadoreño.

La investigación periodística de El Faro, que tiene información documentada con llamadas telefónicas, documentos y conversaciones de WhatsApp, destapó la existencia de un pacto clandestino entre el gobierno de Nayib Bukele y las pandillas salvadoreñas, pacto que el oficialismo niega categóricamente. Los detalles de este acuerdo se vinieron a luz tras la captura de Canales Rivera por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) en noviembre de 2023, revelando que desde su liberación, el gobierno salvadoreño le habría provisto incluso de armamento.

Nayib Bukele, presidente de El Salvador. Foto: Reuters.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en una fotografía de archivo. EFE/Rodrigo Sura

Rafael, usando su ingenio y conocimiento del mundo criminal, logró burlar al gobierno salvadoreño: nunca estableció contacto real con el CJNG ni concretó la recaptura de Crook, a pesar de haber recibido anticipos económicos prometidos para la operación.

Este caso no solo ejemplifica las complejas relaciones entre el estado y las organizaciones criminales en El Salvador, sino también la habilidad de individuos ajenos al gobierno para manipular estas dinámicas en su beneficio.

En última instancia, el FBI logró la captura de Canales Rivera sin la intervención del plan salvadoreño, mientras Rafael y su hermana entraban bajo protección de autoridades estadounidenses, dejando al descubierto la estafa perpetrada contra el gobierno de Bukele y poniendo en duda la capacidad y ética de las estrategias de seguridad del Estado salvadoreño.

Resto del mundo

Elon Musk da marcha atrás y confirma que la cápsula Dragon seguirá operando tras disputa con Trump

Washington.– En medio de una disputa pública con el presidente Donald Trump, el empresario Elon Musk rectificó este viernes su decisión de retirar del servicio la cápsula espacial Dragon, utilizada por la NASA para transportar tripulación y suministros a la Estación Espacial Internacional (EEI).

“Buen consejo. Está bien, no desmantelaremos a Dragon”, escribió Musk en su red social X, en respuesta a un usuario que lo instó a relajarse y evitar una escalada innecesaria con el mandatario estadounidense.

El giro en la postura del CEO de SpaceX ocurrió apenas un día después de que amenazara con cancelar la operación de Dragon, en un contexto de tensiones con Trump, quien a su vez amagó con cancelar los contratos millonarios que el gobierno federal mantiene con las empresas de Musk.

SpaceX es uno de los principales contratistas de la NASA y ha recibido más de 17 mil millones de dólares en contratos durante la última década. El gobierno de Estados Unidos depende de la cápsula Dragon para el transporte seguro de astronautas y materiales hacia y desde la EEI. De hecho, fue la nave utilizada el pasado marzo para traer de vuelta a la Tierra a los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, tras una larga estancia en órbita.

El enfrentamiento entre Musk y Trump escaló el jueves cuando ambos intercambiaron acusaciones y amenazas a través de redes sociales. El presidente acusó a Musk de actuar con deslealtad al oponerse públicamente al plan de recorte presupuestario impulsado por la Casa Blanca, mientras que el empresario sudafricano denunció que Trump aparece mencionado en archivos vinculados al pederasta Jeffrey Epstein.

La raíz del conflicto se encuentra en el llamado “gran y hermoso proyecto de ley” —así lo ha calificado Trump— que busca reducir el gasto público. Musk, quien hasta hace una semana encabezaba el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), renunció a su cargo tras expresar su desacuerdo con la estrategia fiscal de la administración republicana. A su juicio, el plan aprobado por la Cámara Baja incrementará el déficit y atenta contra el objetivo de una gestión pública austera.

Aunque Musk ha dado señales de distensión, apoyando en X un mensaje que pedía reconciliación entre ambos, Trump parece no estar dispuesto a ceder. En una llamada telefónica con ABC News, el mandatario aseguró que no está “particularmente interesado” en dialogar con el dueño de X y Tesla. Incluso anunció que pondrá a la venta el vehículo eléctrico de la marca, adquirido en su momento como gesto de respaldo hacia Musk.

Por ahora, la cápsula Dragon seguirá activa. Pero la confrontación entre el presidente de Estados Unidos y uno de sus más influyentes contratistas privados deja al descubierto la fragilidad de las alianzas políticas cuando entran en juego los egos, las red

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