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RFC sería obligatorio para mayores de 18; así puedes tramitarlo en el SAT

El Registro Federal de Contribuyentes, mejor conocido como RFC, sería obligatorio para los mayores de 18 años de edad, de acuerdo con una propuesta que habría hecho el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Pero, ¿qué es el RFC?
Es una clave compuesta alfanumérica que el Gobierno utiliza para identificar a las personas físicas y morales que practican alguna actividad económica en nuestro país.

El RFC está compuesto por 13 caracteres para las personas físicas y 12 caracteres para las personas morales.

Para las personas físicas contiene los siguientes caracteres:

Los primeros que componen la clave corresponden (por lo general) al apellido paterno. Se conforma por la primera letra del apellido y la primera vocal del mismo
El tercero, a la primera letra del apellido materno
El cuarto componente es correspondiente al primer nombre
Los seis caracteres que le siguen están conformados por el año de nacimiento, mes y día
Los tres dígitos últimos son una homoclave, la cual es asignada por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), para evitar las claves duplicadas

En el caso de las personas morales, estará compuesto por los siguientes caracteres:

Los tres primeros dígitos serán las iniciales de la empresa o una combinación de éstas
Los siguientes seis componentes serán el año (0,0), el mes (0,0) y el día (0,0) en que la empresa fue creada
Los últimos tres dígitos son la homoclave que asigna el SAT.

¿Cómo puedo obtener el RFC?
El trámite se puede obtener a través de la página web oficial del SAT y para ello, será necesario contar con la CURP (Clave Única de Registro de Población), ser ciudadano o residente de México y haber cumplido ya 18 años de edad.

Una vez ingresando a la página oficial del SAT, deberás seguir los siguientes puntos:

Ir a la opción de Trámites del RFC
Presionar con el cursor la opción de “Obtén tu RFC con la Clave Única de Registro de Población”
Escribir tu CURP en el recuadro donde lo indica
Capturar un código para la verificación y seguridad del trámite
Corroborar que los datos que se han proporcionado sean correctos
Capturar información sobre el domicilio y correo electrónico del solicitante
Siguiendo todos estos pasos, podrás obtener tu RFC sin ningún costo.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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