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Rubido: No renuncio, se cumplió protocolo

Monte Alejandro Rubido, comisionado Nacional de Seguridad, afirmó que no va a renunciar a su cargo, derivado de la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán del penal de máxima seguridad de El Altiplano.

Dijo que él sirve al gobierno del presidente Enrique Peña y que es el mandatario quien decide en qué momento otra persona debe ocupar su lugar.

“Como dijo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, las crisis no son para renunciar”, explicó Rubido, tras un recorrido con diputados y senadores de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional en las instalaciones del penal del Altiplano y también en el túnel que usó El Chapo para su escape el sábado 11 de julio.

“En el momento en que el Presidente diga que otra persona debe estar en mi lugar, sin problema”, agregó el funcionario, cuando se le consultó mientras caminaba en el patio del inmueble desde el que se construyó el túnel de mil 425 metros por el que salió El Chapo.

El funcionario federal explicó que los protocolos de seguridad del penal de El Altiplano, fundado en 1991, fueron cumplidos a cabalidad, pero que será la Procuraduría General de la República (PGR) quien determine responsabilidades de servidores públicos.

Por ejemplo, Rubido señaló que no cambiaron a El Chapo de la celda 20 de la sección de máxima seguridad porque era la única que contaba con dos cámaras de videovigilancia, una dentro de la celda y otra justo enfrente.

Indicó que tras la fuga se activaron las alertas en los parámetros, el denominado “código rojo”, cuando detectaron que era anormal el tiempo transcurrido.

A los legisladores se les explicó que tardó al menos 18 minutos en ser lanzado el “código rojo”.

Refirió que Guzmán Loera recibió ese día sus alimentos y medicamentos, sin que notaran algo extraordinario.

La actividad del capo fue normal, subrayó Rubido, incluso cuando desaparece de la visión de las dos cámaras de video ellos pensaron que estaba lavando su ropa en la regadera, como lo hacen todos los reos.

De hecho, la celda que ocupó El Chapo está a unos 25 metros de distancia del módulo de seguridad. En él hay al menos dos guardias dentro de un cubículo de cristal de seguridad.

El comisionado insistió en que fue un día “normal” el de Joaquín Guzmán Loera porque no hizo nada que se saliera de su rutina.

—¿No hubo vibraciones, por golpes, para romper el piso de la regadera?

—Nada registrado, —respondió en un momento del recorrido, mientras los legisladores veían lo que fue la celda del ahora prófugo.

Rubido explicó a los legisladores que el corte milimétrico a la base de cemento ubicada en la regadera de la celda fue con algún tipo de ácido.

—Debilitaron con base en ácido y calor, —dijo el comisionado.

—Es milimétrico (el corte del bloque de cemento), dijo Encinas.

—Casi es simétrico, añadió Rubido al legislador independiente.

Encinas criticó que el grosor del piso de cemento por donde huyó el capo sea de menos de 10 centímetros, cuando en penales de la ciudad de México puede ser de 20 a 40 centímetros.

Al preguntarle al comisionado al respecto, respondió que no es el grosor lo relevante, pues tenía una resistencia de 200 kg por centímetro cuadrado.

Según Monte Alejandro Rubido, las pertenencias que tenía El Chapo están bajo resguardo de la PGR, entre ellas sus platos que estaban colocados de forma vertical, para escurrir, cobijas y una pequeña televisión.

Funcionarios explicaron que el día de la fuga no registraron falta de personal del penal, ni en días previos. Asimismo, señalaron que varios que estaban de descanso se presentaron para lo que pudiera necesitarse, pero para ese momento la PGR tenía el control de la cárcel federal.

Rubido acompañó en el recorrido a los senadores Alejandro Encinas y Fernando Yunes (PAN), así como a las diputadas Adriana González (PAN), Aleida Alavez (PRD) y Raúl Santos Galván (PRI), sinaloense y ex subsecretario de Marina.

El lunes un grupo de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional fue llevado al sitio del escape, pero los panistas optaron por rechazar la invitación. Ese mismo día el diputado electo Gustavo Madero y la dirigencia nacional del PAN solicitó la renuncia de Rubido y del secretario de Gobernación.

Al segundo recorrido, Encinas volvió. “Valió la pena el recorrido”, dijo ayer el senador independiente a sus compañeros legisladores.

“Mucho”, secundó la diputada Adriana González, presidenta de la Comisión Bicameral.

“Mucho”, terció Aleida Alavez, cercana al grupo de René Bejarano.

El senador panista Fernando Yunes también asintió con la cabeza.

La diputada. El senador Alejandro Encinas preguntó también por el caso de la diputada local de Sinaloa, Lucero Guadalupe Sánchez López, quien fue ventilada en junio como una visitante de Guzmán Loera, pero mediante el uso de credenciales falsas.

Funcionarios federales señalaron que se investiga por parte de la PGR el asunto, pero que se ha acreditado que se presentó con identificaciones apócrifas al penal de El Altiplano.

Los legisladores insistieron en que se debe revisar quiénes visitaron en el penal a Joaquín El Chapo Guzmán, incluidos sus abogados.

Fuente: El Universal

México

“Llamarme ‘Andy’ es quitarme el legado de mi padre”: hijo de AMLO pide que lo llamen por su nombre completo

Ciudad de México.– Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, hizo un llamado público para que dejen de referirse a él con el diminutivo “Andy”, al considerar que esa forma de nombrarlo minimiza su identidad y el legado político de su padre.

Durante su intervención en La Moreniza, programa semanal producido por Morena y conducido por la presidenta del partido, Luisa María Alcalde, López Beltrán expresó su molestia con firmeza: “Yo me llamo Andrés Manuel López Beltrán, y mi más grande orgullo es llamarme como el mejor presidente que ha tenido este país. Llamarme ‘Andy’ es demeritar eso, es quitarme ese legado, quitarme ese nombre”.

La declaración llega en un momento en que López Beltrán, actual secretario de Organización del partido guinda, comienza a tener una presencia más activa en los espacios públicos del movimiento que fundó su padre. El comentario, aparentemente espontáneo, dejó ver una sensibilidad personal, pero también un intento de construir una identidad propia, vinculada directamente al apellido y a la figura presidencial de su padre.

“Les da miedo porque saben lo que vale el nombre y el legado de Andrés Manuel López Obrador”, añadió, al referirse a quienes lo llaman “Andy”, ya sea en medios de comunicación, redes sociales o espacios opositores. “Ojalá dejen de llamarme con diminutivos y nombres que no son el mío”, insistió.

Aunque para algunos el apodo pueda parecer irrelevante, López Beltrán dejó claro que considera el asunto simbólicamente importante: “Andrés Manuel López Beltrán (prefiere ser llamado). No, Andrés López Beltrán. No, ‘Andy’ López. Etcétera”, subrayó.

En un tono más reflexivo, también reconoció que su cercanía familiar con el expresidente lo ha colocado en el centro de críticas mediáticas: “Es evidente que no es conmigo. Es evidente que quien fue el presidente más atacado de la historia, yo creo que hasta más que el presidente Madero, fue Andrés Manuel López Obrador. Y en cierta forma, estoy heredando el trabajo de esos medios de comunicación”.

Las palabras de López Beltrán fueron respaldadas por Luisa María Alcalde, quien coincidió en que existe una campaña persistente de desprestigio contra quienes forman parte del entorno del exmandatario. Alcalde, que ha sido una de las figuras más cercanas a López Obrador tanto en el gabinete como en Morena, no solo lo secundó sino que también dio espacio a que el hijo del expresidente se explayara durante el programa.

La reacción en redes sociales fue inmediata. Mientras simpatizantes aplaudieron la defensa del nombre y el apellido presidencial, sectores críticos ironizaron la declaración y revivieron señalamientos de presunto nepotismo y falta de méritos propios. La etiqueta #Andy se colocó en tendencias durante varias horas, lo que paradójicamente podría intensificar el uso del apodo que busca eliminar.

López Beltrán ha mantenido un perfil relativamente bajo en comparación con otros hijos de figuras públicas, aunque su nombre ha estado presente en controversias mediáticas sobre temas patrimoniales, contratos y vínculos empresariales. Sin embargo, en los últimos meses, ha dado pasos visibles dentro de la estructura de Morena, preparando el terreno para un rol más protagonista dentro del partido.

El mensaje parece entonces apuntar a una estrategia de consolidación: dejar atrás los apelativos informales y posicionarse con su nombre completo como una figura que busca el respeto político y el reconocimiento directo por el linaje que representa.

En tiempos donde los símbolos importan tanto como los hechos, Andrés Manuel López Beltrán quiere ser llamado como tal. No “Andy”.

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