Rusia inició este martes un prudente desconfinamiento regionalizado, amparado por una débil mortalidad, aunque el país volvió a registrar más de 10.000 casos de contagios suplementarios por Covid-19, con lo que se alza como el segundo país con más contagios.
Con 232.243 casos confirmados desde el inicio de la epidemia, de ellos 10.899 registrados este martes según las estadísticas oficiales, Rusia superó a España, tras haber sobrepasado en la víspera a Italia y Reino Unido, siempre según la metodología de cada país.
Desde principios de mayo se registran más de 10.000 nuevos casos cada día, una evolución que Rusia explica por su política de masiva detección, con 5,8 millones de pruebas de coronavirus, según el recuento de esta jornada.
Varias regiones, las menos afectadas, reabrieron este martes ciertos comercios, como salones de belleza, pero la mayoría de los sitios públicos permanecen cerrados, incluidos los restaurantes, en tanto concentraciones o grandes reuniones de personas también siguen prohibidas hasta nueva orden.
De esta manera, por ejemplo, en Bajkortostán (Urales), el dirigente regional, Radi Jabirov, anunció la reapertura diurna «de las riberas de los ríos, muelles y parques». En Magadán, en el extremo oriente ruso, se autorizaron las actividades deportivas individuales al aire libre.
Moscú, en particular, principal foco de la epidemia (121.301 casos), permanecerá en confinamiento hasta el 31 de mayo, aunque se autoriza a la construcción y a la industria –sectores que representan 500.000 trabajadores– a reanudar el trabajo. No obstante, confinó en sus domicilios a poblaciones de riesgo, en especial las personas mayores.
Sin embargo, la mortalidad, según las estadísticas oficiales, sigue siendo muy baja, con solo 2.116 decesos, respecto a países como España, Italia o Francia (que rondan las 30 mil), o incluso Alemania, citada como ejemplo por su gestión de la crisis.
Rusia, afectada por la epidemia más tarde, explica este nivel al afirmar que sacó las conclusiones de la epidemia en Europa occidental, cerrando rápidamente sus fronteras, reorganizando totalmente su sistema hospitalario y llevando a cabo masivas detecciones para aislar a los casos asintomáticos y ligeros de la enfermedad.
Pero hay críticos que consideran la mortalidad subestimada y sospechan que las autoridades rusas atribuyen a otras causas los fallecimientos producidos por covid-19.
El lunes, el presidente ruso, Vladimir Putin, había anunciado el fin a partir de este martes del periodo de desempleo pagado en vigor desde finales de marzo para frenar la propagación del coronavirus y respetar el confinamiento, dando así señal a un desconfinamiento «paso a paso», y a la flexibilización gradual de las restricciones.
En este contexto, a lo largo del país más extenso del mundo, cada región, sobre la base de elementos científicos, debe decidir qué restricciones se flexibilizarán y cuándo.
«Nuestro país es grande, las situaciones epidemiológicas difieren (…) no podemos utilizar el mismo modelo para todos», había destacado Putin.
Las mascarillas y los guantes de protección son obligatorios en los transportes públicos y en los lugares públicos cerrados, como supermercados. Aquellos refractarios a esta medida hasta este martes son solamente advertidos, pero a partir del miércoles serán multados con 5.000 rublos –unos 63 euros.
Fuente: Agencias