De acuerdo con el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), para el 2020, las principales actividades de los usuarios de internet en México fue comunicarse (93.8%), buscar información (91%) y acceder a redes sociales (89%).
Bajo ese panorama, Whatsapp ha sido la aplicación de mensajería instantánea más recurrente con la cual las personas satisfacen la primera y segunda de dichas necesidades, debido a la facilidad para comunicarse y adquirir información “casi de inmediato”.
Así lo mencionó Luis Ángel Hurtado Razo, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). A pesar de ello, Rubén Darío Vázquez Romero, profesor de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, destacó que la principal debilidad de esta app es la vulneración hacia los datos personales.
“Quizá uno de los aspectos a reclamar a Whatsapp sería la privacidad de los usuarios, pues no necesariamente tiene la mejor plataforma de protección, sobre todo de aquellas referencias sensibles que podrían quedar expuestas”.
En ese tenor, la principal fuga de información, explicó Hurtado Razo, se da a raíz de las populares screenshots (”pantallazos”) de otras conversaciones que son compartidas y distribuidas con frecuencia a través de dicha aplicación – la segunda más usada en México, según el IFT.
Actualmente, se estima que Whatsapp ha creado una comunidad mundial de más de mil 600 millones de personas, hecho que, para Darío Vázquez, convirtió a dicha herramienta en algo sustancial para el trabajo del día a día.
Sin embargo, desde la perspectiva del conglomerado al que pertenece, Meta, esto significa una mayor oferta para la creación de perfiles mercadológicos, los cuales, al “venderse bien en el mercado de la publicidad y de la mercadotecnia”, constituyen el “oro negro del siglo XXI”, precisó.
“A Whatsapp no le interesan las conversaciones que como usuarios pudiéramos mantener, sino nuestros hábitos de navegación en internet (…) todo se recopila para crear perfiles mercadológicos que constituyen el ‘oro negro del siglo XXI’”.
Es decir, aún cuando figure como una plataforma gratuita, la realidad es que el cobro hacia las y los usuarios es a través de la información que éstos le proporcionan y le sirven para la creación de pautas, espacios y perfiles mercadológicos.
Por ello, el experto llamó a la ciudadanía a tomar precauciones con el manejo de esta plataforma, así como otras redes sociales, y “entender que son el pago por el uso de las redes sociodigitales”.