Con 260 de los 500 espacios en la Cámara de Diputados, el PRI y sus aliados electorales del PVEM y Nueva Alianza (Panal) mantendrán la mayoría en la LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados, que comenzará el 1 de septiembre.
Sin embargo, esa fuerza legislativa sólo les alcanzaría para aprobar reformas legales sin el voto de otras fuerzas políticas, pero no para modificaciones constitucionales.
De acuerdo con los cómputos finales del Instituto Nacional Electoral (INE) y de una proyección elaborada por el consejero Arturo Sánchez, la conformación de la Cámara de Diputados quedará de la siguiente manera: el PAN tendrá 108 diputados, de los cuales 55 serán de mayoría relativa y 53 de representación proporcional.
El PRI, 203 legisladores (156 serán de mayoría relativa y 47 de representación proporcional). El PRD, 56 diputados, de los cuales 28 serán de mayoría relativa y 28 de representación proporcional.
El PT, seis diputados de mayoría relativa. El Partido Verde tendrá 47 diputados (29 de mayoría relativa y 18 de representación proporcional); Morena tendrá 35 diputados (14 de mayoría relativa y 21 de representación proporcional); Movimiento Ciudadano, 26 diputados (10 de mayoría relativa y 16 de representación proporcional). El partido Nueva Alianza, 10 diputados (uno de mayoría relativa y nueve de representación proporcional); Encuentro Social, ocho diputados de representación proporcional, y hay un diputado federal independiente: Manuel Clouthier.
Cabe destacar que en el caso de los seis diputados del PT, hay una reserva, ya que en caso de perder el registro, no tendría esa representación, y por lo tanto, el INE tendría que distribuir entre los partidos los seis espacios de ese partido.
Con los 260 legisladores que tendrán el PRI-PVEM-Nueva Alianza, les alcanzará para aprobar leyes sin la necesidad del voto favorable de otros partidos. Sin embargo, no les alcanzará para aprobar reformas constitucionales, porque para ello tendrían que haber obtenido más de 330 legisladores.
Es un hecho la llegada a San Lázaro del actual dirigente del PAN, Gustavo Madero, y los ex dirigentes del PRD, Jesús Zambrano y Guadalupe Acosta Naranjo; así como el dirigente del PRI, César Camacho Quiroz, quienes fueron los negociadores del Pacto por México en el 2013, y ahora se perfilan como los coordinadores parlamentarios de sus bancadas, lo mismo que en el caso de Jesús Sesma del PVEM.
Por el PRI también llegará la ex subprocuradora de la PGR, Mariana Benítez; Sylvana Beltrones, hija del actual coordinador Manlio Fabio Beltrones; la actriz Carmen Salinas; la ex subsecretaria de Juegos y Sorteos de la Segob, Marcela González Salas; David López, ex coordinador de Comunicación Social de la Presidencia; el ex senador Enrique Jackson Ramírez; el actual representante ante el INE, Jorge Carlos Ramírez Marín, así como Virgilio Daniel Méndez Bazán, ex subsecretario de la Defensa Nacional, y Carlos Federico Quinto Guillén, ex subsecretario de Marina.
Por el PAN tienen asegurado un lugar el ex director del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes Linares; el ex senador Ulises Ramírez Núñez, y la ex senadora Minerva Hernández.
Por el PRD, el académico Agustín F. Basave Benítez; el ex senador por Convergencia y ex secretario de Educación del gobierno de Rafael Moreno Valle en Puebla, Luis Maldonado, entre otros.
Barbosa asegura que Peña Nieto prepara cambios en el gabinete
El presidente del Senado, Miguel Barbosa, advirtió que el presidente Enrique Peña Nieto prepara cambios “muy importantes” en su gabinete. Además, recomendó al jefe de Gobierno del DF, Miguel Mancera, que cambie a los titulares de la Secretaría de Gobierno, de la Secretaría de Desarrollo Social y del Sistema de Transporte Colectivo Metro, si es que quiere un proyecto exitoso rumbo al 2018, el cual aún no tiene.
Dijo que “sin duda están por venir” los cambios en “muchas áreas” del gobierno federal rumbo a las elecciones del 2018, y consideró que el reacomodo político podría estar en las secretarías de Comunicaciones y Transportes, Desarrollo Social y Educación Pública, mientras que la Secretaría de Agricultura “va a tener que ser puesta en valoración”.
El Economista