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México

Se estima que, en una semana, siete millones de personas habrán visitado la Basílica de Guadalupe

El fervor guadalupano tiene tantos rostros como peregrinos llegan al santuario del Tepeyac estos días.

Un joven delgado, enjuto, avanza sobre sus rodillas desnudas por la Calzada de Guadalupe. No habla, no dice dónde vive, ni desde qué punto comenzó a castigar su cuerpo de esa manera.

“Mis pecados son muy grandes”, es lo único que dice sin interrumpir su paso lento, penoso, acompañado de un grupo de amigos que miran su esfuerzo.

Es apenas uno de los miles de personas que ayer llegaban al pie del Tepeyac, incados, pagando favores recibidos por la Virgen o pidiéndole que interceda ante una tarea o enfermedad que parece no tener remedio.

Y es que la fe en la guadalupana rebasa casi cualquier entendimiento.

Se prevé que contando desde el domingo 6 de diciembre y hasta este fin de semana habrán visitado en el Santuario Mariano alrededor de siete millones de personas.

Ayer se reportó que más de tres millones 210 mil peregrinos ya habían arribado a la Basílica, resguardados por más de siete mil 500 trabajadores del Gobierno de la Ciudad, de la Secretaría de Seguridad Pública y de la delegación Gustavo A. Madero,

Dos mil 500 policías forman cercos para dirigir a las multitudes que se agolpan hacia la Basílica de Guadalupe. Otros cinco mil vigilan que la gente se dirija hacia las calles predeterminadas para ingresar y salir del templo.

Por momentos se trata de contener que dentro del Atrio de las Américas no haya gente acampando ni estorbando el flujo del resto de los peregrinos que llegan al Tepeyac.

Pero llega un momento en que nada es suficiente.

Los cientos de sanitarios portátiles son insuficientes. Las diez pipas de agua potable se secan. Las toneladas de desechos dejados por los peregrinos en la periferia colman los camiones recolectores hasta sumar 600 toneladas. Las calles finalmente son invadidas por la marea de autobuses, camiones, camionetas y autos que trasladan peregrinos hacia el Tepeyac.

Las calles en un radio de un kilómetro en torno al templo mariano, son convertidas en campamentos. Los fieles preparan sus alimentos en anafres en plena calle o acera. Usan carbón, lo que llena, entre otras, las calles Alberto Herrara o Fausto Romero, de humo.

Los peregrinos provenientes de Puebla y Tlaxcala son mayoría en las calles al oriente de la Basílica.

La gente duerme en plena acera sobre cobijas. Usan las llantas de los camiones como sanitarios. Comen apiñados dentro de camionetas pick up donde viajan hasta 15 personas. Hay pilas de bicicletas en cada esquina. Hay latas y botellas de cerveza tiradas en la calle. El ambiente es agrio. La misma escena se reproduce cuadra a cuadra en colonias, camellones, jardines públicos y aceras en torno a La Villa.

Fuente EXCELSIOR

México

Pone ‘El Mayo’ ultimátum: me repatrian o el colapso

Ismael «El Mayo» Zambada, líder de Cártel de Sinaloa, exigió al Gobierno de México que reclame a Estados Unidos su repatriación porque, de no hacerlo, la relación entre los dos países sufrirá un «colapso».

Juan Manuel Delgado González, asesor jurídico de Zambada en México, confirmó que la petición fue presentado ayer en el Consulado General de México en Nueva York un escrito al que tuvo acceso Grupo Reforma y donde Zambada exige que lo defienda el gobierno.

Debe intervenir (el gobierno) a fin de que el presente asunto no resulte en un colapso en la relación bilateral entre ambos países, puesto que no se debe de perder de vista la irregular e ilegal manera en que el suscrito fui puesto a disposición de las autoridades de los Estados Unidos de América».

En julio del 2024, Zambada fue engañado por Joaquín Guzmán López, hijo de «El Chapo» Guzmán, fue secuestrado para llevarlo a Texas donde enfrenta cargos por delincuencia organizada, homicidio, narcotráfico en gran escala y lavado de dinero, entre otros.

En la solicitud de asistencia consular, el capo señala que si no se interviene en favor de sus derechos, políticos y funcionarios mexicanos también pueden ser secuestrados y trasladados ilegalmente al país vecino.

Por lo anterior, expresa que la respuesta del Estado mexicano «no es opcional», porque tiene la obligación ineludible de defenderlo.

«Si el Gobierno de México no actúa, el suscrito seré condenado a pena de muerte sin lugar a ninguna duda y además esto constituirá un precedente peligroso que permitiría que en cualquier momento cualquier gobierno extranjero pudiera de manera impune violentar nuestro territorio y soberanía, interviniendo para la detención de cualquier persona, incluso políticos o funcionarios del Gobierno, para ser trasladados a la jurisdicción norteamericana sin que nada suceda», manifiesta.

«Exijo y demando que el Estado mexicano cumpla con su obligación ineludible de intervenir de manera inmediata, contundente y sin margen de discrecionalidad para exigir formalmente a los Estados Unidos de América garantías y seguridades absolutas, plenas, vinculantes e irrevocables de que no se me impondrá ni se ejecutará la pena de muerte en su jurisdicción. Esta exigencia no es opcional, ni puede ser interpretada como una cuestión de oportunidad política o diplomática».

El documento firmado por Zambada advierte que, de no haber una exigencia categórica y formal de sus garantías, «constituiría una traición al sistema jurídico mexicano» y al deber del Estado de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, sin excepción alguna.

«En este contexto, en cuanto hace a mi asunto en particular, resulta una obligación del Estado Mexicano: presentar una protesta formal ante las autoridades estadounidenses, señalando la violación del Tratado (de México y Estados Unidos para prohibir los secuestros transfronterizos) y exigiendo el respeto a la soberanía mexicana y al debido proceso legal», señala.

Solicitar la repatriación inmediata de mi persona, argumentando que mi traslado fue ilegal y que cualquier proceso judicial en mi contra debe llevarse a cabo en México, conforme a las leyes nacionales y los acuerdos internacionales vigentes».

En una parte de su escrito, el líder del Cártel de Sinaloa requiere al Gobierno de México para que pida a los estadounidenses un informe detallado de las circunstancias de su secuestro y traslado, identificando quiénes permitieron su entrada a la Unión Americana y bajo qué base legal.

También, que le informen la identidad de las personas involucradas en su traslado, tanto del lado estadounidense como del lado mexicano.

La razón por la que alega que el Gobierno federal debe exigir la cancelación del proceso al que está sometido en Nueva York, es precisamente porque el procedimiento tiene como origen su secuestro y traslado ilegal a la Unión Americana.

«Esta exigencia no es una cuestión discrecional ni sujeta a consideraciones políticas o diplomáticas», dice.

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