El 26.7 por ciento de los niños mexicanos confiesa que sus papás les han pegado y 17.9 por ciento que los ha amenazado con pegarles, revela la Encuesta Nacional sobre Discriminación.
Mientras, 27.1 por ciento dice que sus papás los han hecho llorar y 8.6 por ciento que les han hecho sentir miedo.
Por otro lado, 74.9 de los adultos considera que no hay justificación para pegarle a un niño con el objetivo de que obedezca; no obstante, 22.1 por ciento lo justicia algo o poco y sólo 2.7 lo justifica mucho.
Sin embargo, casi 55 por ciento de las personas reconoce que a los niños y niñas se les pega mucho para que obedezcan, y 41.1 por ciento que se les pega algo o poco.
Es decir, aunque al menos siete personas de cada diez con diferentes condiciones de edad, género, residencia y nivel educativo o socioeconómico no justifican pegarle a un niño o niña para que obedezca, 95 por ciento de la población cree que es una práctica que se realiza algo, poco o mucho.
En este contexto, la Enadis pone de manifiesto que 28 por ciento de los mexicanos piensa que los niños deberían tener sólo los derechos que sus padres permitan y cuatro por ciento de plano cree que ni derechos tienen por ser menores de edad.
El ejercicio muestra la percepción en nuestro país sobre las niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos, así como la tolerancia hacia el maltrato físico o la violencia de los padres y las madres hacia las y los menores de edad.
A decir del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, llama la atención que a pesar de que en México se reconoce el derecho de las niñas, niños y adolescentes a ser protegidos contra cualquier descuido, negligencia, abandono, abuso emocional, físico y sexual, permanece la idea entre un alto porcentaje de quienes respondieron a la Encuesta Nacional sobre Discriminación, de que a niñas, niños y adolescentes se les maltrata para que obedezcan y de que no se respetan sus derechos.