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México

Sedesol cambiará de nombre, se llamará Secretaría del Bienestar: López Obrador

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El ganador de la elección presidencial, Andrés Manuel López Obrador, anunció que a partir del 1 de diciembre implementará un proyecto para sembrar un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables, lo que permitiría mejorar el medio ambiente y crear 400 mil empleos permanentes.

Mediante un video difundido en sus redes sociales, López Obrador anunció que en una zona ubicada entre Palenque y Ocosingo, Chiapas, iniciarían los trabajos para los cambios en el campo una vez que comience su gobierno.
Acompañado de la propuesta como secretaria de Desarrollo Social, que cambiaría, dijo, a Secretaría de Bienestar, María Luisa Albores González, destacó que dicho proyecto es uno de los 25 programas estratégicos que se desarrollarán en distintas regiones del país, con la finalidad de reactivar el sector agropecuario de México.

De acuerdo con López Obrador, por el abandono que sufrió el campo en las últimas administraciones, muchos campesinos dejaron de cultivar y prefirieron migrar hacia el norte o emplearse en el sector de servicios, pues la tierra no les daba para sobrevivir.

Consideró necesario arraigar a los pobladores del campo a su tierra, a sus lugares de origen, que la migración sea opcional y no por necesidad, por lo que con ese primer proyecto que anunció se crearían unos 400 mil empleos para ese sector de la población.

En la Cuenca del río Usumacinta en 2019 se cultivarían 50 mil hectáreas con las cuales sería posible ofrecer 20 mil empleos permanentes; y la meta es llegar a 100 mil hectáreas para generar 40 mil.

Destacó que el campo es la fábrica más importante del país, porque se podría traer una planta de la empresa automotriz estadunidense Ford y crear 100 mil empleos, pero si hay apoyo al agro, como lo que plantea en su proyecto, es posible generar hasta 400 mil empleos.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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