En una sesión marcada por el choque entre bancadas, el Senado de la República aprobó en lo general la reforma a la Ley de Amparo impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum. Con 76 votos a favor de Morena, PT y PVEM, y 39 en contra de PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, el dictamen avanza pese a las críticas de la oposición, que advierte un debilitamiento del principal mecanismo de defensa ciudadana frente a abusos de autoridad.
La reforma también modifica el Código Fiscal de la Federación y la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Administrativa. Aunque se incluyó la posibilidad de que el amparo proceda por interés particular y colectivo, se mantuvo la restricción de que la suspensión solo se conceda cuando represente un beneficio cierto y no hipotético para el quejoso.
Opositores como Francisco Ramírez Acuña señalaron que la medida “destruye” la figura del amparo y vulnera principios de progresividad. Como ejemplo, argumentaron que en casos de demolición de una vivienda, el ciudadano quedaría en la indefensión aunque después ganara el amparo.
En contraste, legisladores oficialistas como Nora Ruvalcaba defendieron la reforma, asegurando que el recurso es usado principalmente por quienes buscan frenar decisiones gubernamentales en beneficio propio y no por los sectores más vulnerables.
El debate se tensó aún más por la reserva del senador morenista Manuel Huerta, que plantea aplicar la nueva ley a los juicios de amparo actualmente en trámite, lo que opositores consideran inconstitucional por violar el principio de no retroactividad.
Con esta aprobación en lo general, la discusión continuará con la revisión de reservas, en medio de un clima de acusaciones de presión política y advertencias de que los ciudadanos quedarán en mayor desprotección frente al poder público.