Conecta con nosotros

Policiaca

Sentencian a dos sujetos que robaron y chocaron un auto; intentaron asesinar a una de las víctimas

Sentencias de 13 y 12 años de prisión, les fueron dictadas a Gustavo Varela Robles y Oscar Ignacio Duran Parra, respectivamente, después de que una agente del Ministerio Público acreditó su coautoría en los delitos de robo de vehículo, homicidio en grado de tentativa, daños y lesiones.

El 30 de abril de 2017, en el estacionamiento de un centro comercial ubicado en la calle 46, ambos sujetos amagaron a la primera víctima con un arma de fuego y la despojaron de un vehículo Chevrolet Cavalier, modelo 93, en el cual huyeron por la Avenida 20 de noviembre donde chocaron a otro automóvil Aveo, color negro.

Un testigo del percance vial, a bordo de una camioneta, Ford, Lobo, de reciente modelo, siguió a los agresores, quienes de nueva cuenta se impactaron con otro automotor Marca Honda, Acord, modelo 2000, en la intersección con la Avenida Independencia, cerrándoles el paso; al verse acorralados, Gustavo Varela Robles le disparó al conductor de la pick up, con un arma de fuego calibre 9 mm.

No obstante, los sujetos se dirigieron hacia la Avenida Simón Bolívar en sentido contrario y metros más adelante abandonaron el vehículo e intentaron huir de manera pedestre, pero fueron capturados por Policías Municipales, momentos después de los hechos.

A los detenidos les fue asegurada el arma utilizada en los hechos, así como varios casquillos y cartuchos calibre 9 mm., los cuales, fueron evidencia contundente durante la presentación de pruebas.

Tras un juicio de más de un año, finalmente la Fiscalía de Distrito Zona Centro acreditó la responsabilidad penal de ambos sujetos, quienes fueron sentenciados de acuerdo a su participación en los delitos.

Con estás acciones, la Fiscalía refrenda su compromiso en el combate frontal a todos los delitos.

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto