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SEP desaparece oficialmente escuelas de tiempo completo

La Secretaría de Educación Pública (SEP) reafirmó su decisión de eliminar las Escuelas de Tiempo Completo, con lo que acabará con el apoyo en alimentación y educación de 3.6 millones de niños y adolescentes.

Organizaciones como Mexicanos Primero, condenaron esta acción y acusaron que la SEP incumplió su promesa de continuar con las jornadas ampliadas, el cual realizó hace poco más de un año.

Este lunes fue publicado el Acuerdo 05/02/2022 en el Diario Oficial de la Federación (DOF), con el que la SEP hizo oficiales las Reglas de Operación para “La Escuela es Nuestra” (LEEN) de 2022.

Además de desaparecer de manera definitiva las escuelas de tiempo completo, el LEEN busca la entrega de recursos de construcción, mantenimiento, equipamiento y gastos fijos de manera directa a los planteles de educación básica, a través de un Comité Escolar de Administración Participativa (CEAP).

Sin embargo, además de considerar que se trata de un “programa de albañilería” con fines electorales, Mexicanos Primero cree que el LEEN afecta directamente los derechos humanos de la niñez.

“Esta decisión es una afrenta directa a los derechos humanos de NNA, un desapego absoluto a su interés superior e implican una regresión gravísima e inconstitucional en el ejercicio de esos derechos”, afirmaron desde la organización.

De acuerdo con este organismo, el Gobierno federal y la SEP traicionaron la promesa hecha hace un año al aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2021: mantener, a través de LEEN y dos nuevos componentes, los objetivos del recién eliminado programa “Escuelas de Tiempo Completo” (PETC).

Este compromiso no solo habría sido roto con estudiantes, sino con docentes y directivos que recibían apoyos económicos que, debido a su participación en el programa, se volvieron esenciales para sus ingresos.

“En el contexto de regreso a clases presenciales, las escuelas de tiempo completo tenían la oportunidad de ser el vehículo para revertir la desnutrición y malnutrición, así como la recuperación de aprendizajes académicos y la salud socioemocional de niños, niñas y adolescentes (NNA), sin embargo, LEEN desde ahora es abiertamente un programa de albañilería con fines electorales que, aún teniendo como objetivo la mejora de la infraestructura, no tiene ningún enfoque específico que priorice la atención a los problemas que han obstaculizado o, incluso, imposibilitado un regreso a las aulas pleno”, afirmaron.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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