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Resto del mundo

Sepultan al príncipe Felipe; la reina pide estar sola en su duelo

El príncipe Felipe fue enterrado en la Cámara Real de la Capilla de San Jorge junto con los restos de otros 24 miembros de la realeza, incluidos tres reyes de Inglaterra. Pero probablemente no será su lugar de descanso permanente.

El más grande de los siete sitios de entierro dentro de la capilla, la bóveda alberga los restos del rey Jorge III, cuyo reinado de casi seis décadas incluyó los años de la Revolución Americana. Sus hijos, el rey Jorge IV y el rey Guillermo IV, también están enterrados allí.

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La bóveda también ha sido el lugar de descanso temporal de casi 30 miembros de la realeza, incluida la madre de Felipe, la princesa Andrés de Grecia. Sus restos fueron trasladados al convento del Monte de los Olivos en Jerusalén, donde ahora se encuentran cerca de su tía, la gran duquesa Serge de Rusia.

El rey Jorge VI, padre de la reina Isabel II, fue enterrado en la bóveda real durante 17 años antes de que sus restos fueran trasladados a la capilla conmemorativa del rey Jorge VI en St. George en 1969. Su esposa, la reina Isabel, la reina madre y su hija, la princesa Margaret, fue enterrada junto a él después de su muerte en 2002.

Después de la muerte de la reina Isabel II, se espera que ella y Felipe sean enterrados en el cementerio real de Frogmore Estate cerca del castillo de Windsor.

Con bandas militares y una procesión real, el príncipe Felipe fue sepultado el sábado en una ceremonia fúnebre que honró su vida de servicio al país, la corona y su esposa, la reina Isabel II. La monarca británica viuda, dando ejemplo en medio de la pandemia del coronavirus, se sentó sola en la ceremonia.

Fuente: El Imparcial

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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