La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que el incremento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado a las bebidas azucaradas tiene como propósito reducir su consumo y no aumentar la recaudación fiscal del país.
Durante su mensaje posterior a la aprobación de la reforma en la Cámara de Diputados, Sheinbaum explicó que la medida, que entrará en vigor en 2026, busca frenar los índices de diabetes, hipertensión y obesidad que afectan a millones de mexicanos. “El objetivo es disminuir el consumo de refrescos y evitar mayor enfermedad en la población”, señaló.
El dictamen avalado por los legisladores contempla incrementos en el costo de cigarros, bebidas azucaradas y sueros que no cumplan con los estándares de la Organización Mundial de la Salud. En el caso de los refrescos, el aumento será de aproximadamente un peso por lata, con lo que el gobierno espera que los consumidores reduzcan su ingesta mensual de 30 a 28 o 29 unidades.
La mandataria destacó además que las principales empresas refresqueras acordaron reducir en un 30% el contenido de azúcar en sus productos y mantener sin aumentos los precios de las versiones Zero o Light, como parte de una estrategia conjunta para fomentar alternativas más saludables.
Por su parte, el subsecretario de Salud, Eduardo Clark, precisó que el gobierno federal alcanzó diversos acuerdos con la industria antes de la aprobación del nuevo IEPS. Entre ellos, mantener el impuesto de 3.08 pesos por litro para las bebidas con azúcar o jarabe de alta fructuosa, reducirlo a 1.50 pesos por litro para las bebidas Light, reformular productos para disminuir su contenido calórico en un plazo de un año y dejar de publicitar refrescos dirigidos a menores de edad.
Clark subrayó que la meta del gobierno es que México deje de ser el principal consumidor per cápita de refrescos en el mundo. “La intención de esta medida es mejorar la salud de los mexicanos y reducir el consumo de bebidas azucaradas que han detonado una crisis de enfermedades crónicas en el país”, enfatizó.