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Sheinbaum se prepara para el regreso de Trump: ¿qué implica para México?

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La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que aún no ha recibido una invitación formal para asistir a la toma de protesta de Donald Trump, quien asumirá nuevamente la presidencia de Estados Unidos en enero. Sin embargo, su administración ya trabaja en una estrategia para enfrentar los posibles retos que traerá el regreso del republicano a la Casa Blanca.

En conferencia de prensa, Sheinbaum Pardo subrayó la importancia de mantener una relación cercana con el vecino del norte para abordar temas clave como el comercio, los aranceles y la migración, los cuales históricamente han sido puntos de tensión con el magnate. “Estamos trabajando en el caso de que haya deportaciones para recibir a las y los mexicanos. La Secretaría de Gobernación ya sostuvo reuniones con los gobernadores y se está colaborando en una estrategia conjunta”, afirmó.

El eventual endurecimiento de las políticas migratorias de Trump preocupa especialmente al gobierno mexicano. Durante su primer mandato, el republicano impulsó medidas como la separación de familias migrantes en la frontera y el programa “Quédate en México”, que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras sus casos eran procesados en Estados Unidos.

Sheinbaum no ocultó su postura: “Queremos un entendimiento con Estados Unidos que respete los derechos humanos de nuestras comunidades migrantes y fomente el comercio justo. No estamos en contra del diálogo, pero siempre buscaremos la dignidad y el bienestar de las y los mexicanos”.

Además de la migración, la economía será otro de los temas prioritarios. México ha disfrutado de un crecimiento significativo en el comercio bilateral bajo el T-MEC, pero el discurso proteccionista de Trump durante su campaña ha encendido las alarmas en la administración federal. El temor es que se repliquen disputas como las relacionadas con el acero, aluminio o productos agrícolas, que en su momento derivaron en aranceles y tensiones comerciales.

Por ahora, el gobierno federal ha preferido enfocarse en la planificación preventiva. Entre las medidas anunciadas, se incluyen reuniones con mandatarios estatales para garantizar recursos y apoyos a los posibles deportados, así como la implementación de programas para su reintegración laboral y social. “No queremos que nadie se quede desamparado”, aseguró Sheinbaum.

El retorno de Trump al poder plantea retos inmediatos para la relación bilateral, pero también podría convertirse en una oportunidad para redefinir las dinámicas entre ambas naciones. Mientras tanto, México se encuentra en una etapa de observación y preparación, esperando el momento de sentarse a la mesa con una administración que ha demostrado ser impredecible, pero que sigue siendo crucial para los intereses nacionales.

México

México acordó con Estados Unidos liberar agua del Río Bravo desde el 15 de diciembre

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El Gobierno de México y Estados Unidos fortalecieron su cooperación para la gestión del agua en la cuenca del Río Bravo, tras varias semanas de negociaciones, y acordaron iniciar entregas de agua a partir del 15 de diciembre, informó la Secretaría de Relaciones Exteriores mediante un comunicado.

Ambos países coincidieron en la importancia de cumplir con las obligaciones establecidas en el Tratado de Aguas de 1944, instrumento que regula la distribución del recurso hídrico y la administración de aguas compartidas entre las dos naciones. Como parte del acuerdo, México liberará un volumen de 249 mil 163 millones de metros cúbicos de agua para Estados Unidos, conforme a los términos del tratado.

La Secretaría de Relaciones Exteriores precisó que las entregas se realizarán dentro del marco legal vigente, respetando la disponibilidad hidrológica y los límites operativos establecidos, sin afectar el suministro de agua para consumo humano ni la producción agrícola en la región fronteriza.

El entendimiento se consolidó después de que el 8 de diciembre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reclamara a México el adeudo de agua correspondiente y advirtiera sobre la imposición de aranceles de 5 por ciento en caso de incumplimiento. Un día después, el 9 de diciembre, se llevó a cabo de manera virtual la quinta reunión binacional del año para dar seguimiento a las entregas y evaluar la situación técnica.

En dicho encuentro participaron funcionarios de alto nivel de ambos gobiernos. Por parte de México asistieron el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué; el subsecretario para América del Norte y encargado del despacho de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Roberto Velasco; y el titular de la Comisión Nacional del Agua, Efraín Morales. Por Estados Unidos participaron la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, y el subsecretario de Estado, Christopher Landau.

El Tratado de Aguas de 1944 no solo contempla la entrega de agua, sino también la generación de energía eléctrica, el control de avenidas, obras de saneamiento del río Tijuana y la operación de las presas internacionales Falcón y La Amistad. Ambos gobiernos señalaron que han trabajado de manera coordinada para atender el ciclo actual y cubrir el déficit del ciclo anterior, conforme a lo establecido en el Artículo 4 del acuerdo.

Las autoridades destacaron la necesidad de mantener el diálogo técnico a través de la Comisión Internacional de Límites y Aguas y la International Boundary and Water Commission, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad del recurso hídrico y la protección de la población y la agricultura frente a la sequía histórica. Con este acuerdo, México reiteró su compromiso con los tratados internacionales y la cooperación bilateral en materia de agua.

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