¿Cuántos niños más habrían sobrevivido si las primeras horas después del incendio de la Guardería ABC —ocurrido en 2009— los hubieran trasladado inmediatamente al Hospital Shriners de Sacramento, en California?, quizá nunca se sabrá la respuesta, pero lo cierto es que el Estado mexicano perdió tiempo muy valioso para evitar un escándalo Internacional.
Jose? Arturo Barreda Astiazarán, presidente y director de la Oficina de Shriners en Sonora IAP, afirma que esta institución especializada en niños con quemaduras estuvo al tanto del tragedia una hora después que ocurrió, e incluso ese mismo día se prepararon para trasladar y atender a todas las víctimas; sin embargo, muchos de los bebés fueron llevados con engaños por el gobierno del estado y el IMSS a un hospital en Jalisco, que aun no estaba en condiciones para atender a los sobrevivientes.
El accidente fue a las 14:50 horas y a mi me avisaron que a un hospital privado estaban llegando muchos niños con quemaduras alrededor de las 15:05 o 15:10; mi padre, que en ese entonces era presidente de Shriners en Sonora, llamó al director del Hospital en Sacramento para plantearle la situación, en el caos se hablaba de 150 niños y en Shriners se prepararon con 150 camas para atenderlos y cuatro ambulancias aéreas para iniciar los traslados”, recordó Arturo Barreda.
A pesar de la urgencia, la administración del exgobernador Eduardo Bours y el Seguro Social, a cargo de Daniel Karam Toumeh, decidió que los niños más delicados de salud fueran trasladados a la Unidad Médica de Alta Especialidad en Ciudad Obregón y la Unidad de Quemados del Centro Médico Nacional de Occidente en Guadalajara; el presidente de Shriners en Sonora reconoció que las autoridades federales le decían a las familias que iban a volar a California y los aviones aterrizaban en Jalisco.
“El Seguro Social buscó en todo momento atender a los niños en sus instalaciones, que en ese momento supimos y después se confirmó, que si bien era cierto que eran nuevas y estaban muy bonitas, no tenían la capacidad para brindar la atención médica, no había suficientes doctores entrenados, en las instalaciones estaban todavía trabajando albañiles en los acabados, siento yo, a título personal, que buscaron dar el apoyo sin estar preparados”, agregó.
Con un nudo en la garganta, Francisco J. Romo Munguía, tesorero de la Institución de Asistencia Privada, relató como en el “jaloneo” entre Shriners y autoridades federales de la administración de Felipe Calderón perdieron mucho tiempo valioso para atender a varios niños, situación que incluso le costó la vida a uno de los sobrevivientes.
“Hubo un caso en particular que para mí es muy triste de recordar, en el afán de cada quien hacer las cosas a su manera, de plano lo perdimos, después de haberlo estabilizado empezaron los jaloneos con el Seguro Social que lo quería llevar a su hospital en Guadalajara, perdimos mucho tiempo, y yo le echo la culpa a eso, no es porque me lo hayan dicho los médicos, perdimos mucho tiempo en la discusión y el jaloneo, nosotros no podíamos como institución de beneficencia imponernos a la autoridad, cuando el IMSS aceptó llevarlo a Sacramento se nos murió en pleno vuelo”, lamentó Romo Munguía.
Pero no todos fueron obstáculos y negativas oficiales, los encargados de la oficina de Shriners en Sonora, reconocieron la buena disposición del Consulado Norteamericano que en aquel momento facilitó las visas humanitarias para que todos los niños fueran trasladados a California sin necesidad de engorrosos trámites burocráticos, donde incluso la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, participó para agilizar la llegada de algunas víctimas del ABC al hospital infantil de Sacramento.
Cuando Marisol Montaño acudió al hospital público donde atenderían a su hija Danna Paola por quemaduras en 54% de su cuerpo, le dijeron que era urgente que le amputaran las cuatro extremidades, así que exigió que la niña, de dos años y tres meses en ese entonces, fuera trasladada al Hospital Shriners, donde le salvaron brazos y piernas, pero irremediablemente perdió nueve deditos.
Nos dijeron que llevarían a mi hija al hospital para quemados del IMSS en Guadalajara, pero al aterrizar la trasladaron a una clínica pública cualquiera, nos habían echado mentiras”, afirmó Marisol Montaño.
Fuente: Excélsior