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Salud y Bienestar

Simplifican revisiones médicas para guarderías del IMSS

Los padres de familia que tienen a sus hijos en el Sistema de Guarderías del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ya no perderán un día de trabajo para obtener el documento de valoración, ya que podrán presentar el justificante médico expedido por un pediatría particular.

Así lo dio a conocer el titular de la Jefatura de Prestaciones Económicas y Sociales en la delegación estatal, José de la Luz Chacón Salas, quien destacó que lo anterior forma parte de las acciones de simplificación, modernización y mejora de la calidad que el Instituto implementó a nivel nacional para la atención a la población derechohabiente.

Explicó que este programa se implementó en el estado de Chihuahua en el mes de marzo de 2016; a la fecha se han otorgado alrededor de seis mil valoraciones médicas, de las cuales 28% corresponden a médicos particulares y 72% han sido efectuadas por médicos del Instituto.

Detalló que el indicador de emisión de solicitud de valoración médica en guarderías del IMSS, se refleja de la siguiente manera:

• Primer Lugar: Temperatura mayor a 37.5°
• Segundo Lugar: Infección Respiratoria Aguda (IRA)
• Tercer Lugar: Enfermedad Diarreica Aguda (EDA)

Chacón Salas destacó que esta es una acertada medida, que está permitiendo agilizar los procesos internos, pero sobre todo beneficiar a las madres trabajadoras que gozan del servicio de guarderías del Seguro Social.

Cabe recordar que en IMSS tiene en la entidad un total de 87 guarderías:
• 9 Del esquema Ordinario
• 77 Del esquema Vecinal Comunitario Único
• 1 Del Esquema Integrador

Actualmente se tiene una capacidad instalada para la atención de 16 mil 213 menores, por lo cual a la fecha ocupan primer lugar a nivel nacional y segundo lugar a nivel nacional en número de guarderías.

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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