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México

Sonora aún resiente daño ecológico; derrame de mina Buenavista

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Los efectos de la peor tragedia ambiental de la industria minera en México, la contaminación por el derrame tóxico en la mina Buenavista del Cobre, aún se resienten, a dos años de ocurrido, de acuerdo con monitoreos de la Universidad de Sonora (Unison).

Los 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico que escaparon de una represa recorrieron 276 kilómetros aguas abajo del río Sonora y se depositaron en la presa El Molinito, la cual abastece de agua potable a la capital del estado.

Reina Castro, doctora en ecología marina de la Unison, dijo que los tóxicos detectados en los sedimentos del embalse son principalmente arsénico, hierro y aluminio, que tienen un efecto bioacumulable en el organismo.

Antes de llegar a los tinacos y cisternas de las viviendas el agua de la presa El Molinito pasa por una batería de 70 pozos y plantas tratadoras, pero éstas no cuentan con tecnología para eliminar los metales pesados, por ello “el arsénico está llegando a Hermosillo; es lo que detectamos”, alertó Castro Longoria.

Arsénico, en agua de 400 mil hogares

La contaminación por el derrame en la mina Buenavista del Cobre, de Grupo México, aún es un riesgo para la salud de los sonorenses, pues el líquido llega a una presa que abastece al norte, centro y poniente de Hermosillo.

A dos años de la peor tragedia ambiental de la industria minera en México, la contaminación por el derrame en la planta de extracción a cielo abierto, Buenavista del Cobre, aún sale por las llaves del agua de alrededor de 400 mil hogares en la ciudad de Hermosillo, de acuerdo con monitoreos realizados por investigadores de la Universidad de Sonora (Unison).

Los 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico que escaparon de un represo recorrieron 276 kilómetros aguas abajo del río Sonora para depositarse en la presa Rodolfo Félix Valdés, El Molinito, el cual abastece de agua potable a la zona norte, centro y poniente de la capital del estado.

Reina Castro Longoria, doctora en Ecología Marina de la Unison, detalló que los tóxicos detectados en los sedimentos del embalse y los canales son principalmente arsénico, fierro y aluminio, que tienen un efecto bioacumulable en el organismo.

Antes de llegar a los tinacos y cisternas de los domicilios, el agua de El Molinito pasa por una batería de 70 pozos y plantas tratadoras que no cuentan con tecnología para eliminar los metales pesados.

“Las plantas tratadoras de agua dos y tres tienen contaminantes, por lo menos arsénico, es lo que nosotros detectamos en los análisis del agua que va hacia las casas. El arsénico está llegando a Hermosillo, y muy seguramente, está distribuido en toda la ciudad, en cierta medida”, alertó.

Días después de la fuga en la tercera mina de cobre más grande del mundo, ubicada en el municipio de Cananea, la agrupación PODER (Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación), realizó un muestreo del agua a lo largo del río Sonora y descubrió la presencia de nueve metales pesados, que superaban hasta en 32 mil veces la Norma Oficial Mexicana 127 (NOM-127-SSA1-1994).

Con apoyo de un laboratorio certificado a nivel internacional, PODER pudo establecer que la ingestión de un litro de ésas aguas era suficiente para matar a una
persona de 47 kilogramos de peso.

“Todos los elementos analizados presentan concentraciones altísimas. La concentración de manganeso es de cinco mil veces el límite y la de cadmio, dos años después del derrame, es casi mil 500 veces más de lo que dicta la NOM-127-SSA1-1994. La concentración de fierro es casi 32 mil veces más alta de lo permitido por la norma”, advierte PODER.

Antonio Romo Paz, químico toxicólogo de la UNISON, recordó que los metales pesados provocan cáncer, problemas en el hígado, insuficiencia renal, alopecia y manchas en la piel.

“Los metales pesados, por lo general, se depositan en el cerebro, huesos, riñón e hígado; cuando es reciente la ingesta es posible detectarlos en sangre, pero después de un tiempo se esconden en los órganos”, explicó.

 

 

 

Excelsior

México

S&P prevé que México lidere el menor crecimiento exportador en América Latina en 2026

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México registraría el menor crecimiento de exportaciones entre las seis principales economías de América Latina durante 2026, de acuerdo con un reporte de S&P Global Market Intelligence, que advierte un entorno complejo marcado por la incertidumbre comercial, condiciones financieras restrictivas y la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

El análisis señala que, pese al impulso observado en años recientes por la llegada de inversión extranjera asociada al fenómeno del nearshoring, el siguiente año se perfila como un periodo de ajustes estratégicos para la economía mexicana, particularmente para su sector exportador.

Según las proyecciones de la firma, Argentina encabezaría el crecimiento de exportaciones en la región en 2026, seguida de Perú. En posiciones intermedias se ubicarían Chile y Colombia, mientras que Brasil ocuparía el quinto lugar. México, en contraste, cerraría la lista con el menor dinamismo exportador entre las principales economías latinoamericanas.

S&P Global Market Intelligence subraya que el desempeño de México estará estrechamente vinculado a su relación comercial con Estados Unidos, su principal socio, así como al proceso de renegociación del T-MEC, previsto para mediados de 2026. Este proceso es considerado un factor clave para la industria exportadora nacional.

La agencia advierte que la revisión del acuerdo comercial podría derivar en reglas de origen más estrictas, orientadas a atraer una mayor proporción de las cadenas de suministro hacia Norteamérica. De concretarse este escenario, la industria mexicana enfrentaría la necesidad de realizar ajustes operativos, logísticos y estratégicos, con posibles impactos en su competitividad en el corto plazo.

En el ámbito interno, el informe señala que la persistencia de la inflación en el sector servicios limitaría el margen de maniobra del Banco de México para continuar con recortes a la tasa de interés. Esta situación mantendría condiciones de crédito restrictivas, lo que podría moderar el ritmo de crecimiento económico durante 2026.

A estos factores se suman riesgos asociados a la infraestructura tecnológica. Aunque México se ha consolidado como un destino atractivo para la inversión en centros de datos, el elevado consumo de agua que requieren estas instalaciones podría generar protestas sociales y desafíos legales, especialmente en regiones con estrés hídrico.

S&P Global Market Intelligence concluye que 2026 será un año decisivo para México, en el que la capacidad de adaptación a los cambios en el entorno comercial y a los retos internos será determinante para sostener su posición como país exportador.

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