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Opinión

Sorry. Por Raúl Saucedo

Se me Chispoteó.

En el escenario político, ese constante teatro de discursos cuidadosamente elaborados y declaraciones calculadas al milímetro, en ocasiones se ve interrumpido por lo inesperado: el lapsus freudiano. La psicología de los actos fallidos de Freud, que revela pensamientos inconscientes a través de errores verbales, este encuentra su camino en la arena política, mostrando los matices más profundos de los políticos detrás de las fachadas elaboradas de los asesores.

Los lapsus freudianos en la política son como destellos de verdad inadvertidos. Esos momentos en los que un político revela accidentalmente lo que realmente piensa o siente, superando la narrativa pulida que intentan proyectar. Y aunque puedan parecer simples errores, a menudo arrojan luz sobre las verdaderas intenciones o preocupaciones que los políticos intentan disimular.

En la actualidad, estos deslices han sido protagonistas en momentos críticos. Desde declaraciones desafortunadas durante debates electorales hasta errores en discursos trascendentales o ruedas de prensa ante los medios de comunicación, los lapsus freudianos han sido imanes de atención mediática. Sin embargo, más allá del entretenimiento que puedan ofrecer, plantean preguntas cruciales sobre la autenticidad y la transparencia en el quehacer político.

¿Son estos lapsus realmente ventanas hacia la verdad o simplemente accidentes verbales sin importancia? Es difícil saberlo. En ocasiones, un error puede ser tan solo un tropiezo del habla, pero en otros casos, revela mucho más. Un lapsus podría exponer los miedos ocultos, las verdaderas prioridades o incluso revelar estrategias políticas que se pretendían mantener en secreto.

Lo fascinante es cómo la sociedad reacciona ante estos momentos. Algunos los descartan como simples errores, mientras que otros los utilizan como pruebas incuestionables de la verdadera naturaleza de un político. Y aunque es tentador tomarlos como verdades irrefutables, debemos tener cautela. En un mundo donde la información se manipula hábilmente, incluso los lapsus pueden ser instrumentalizados para moldear percepciones.

No obstante, estos incidentes a menudo desencadenan conversaciones necesarias. Nos obligan a cuestionar la imagen pública que se proyecta y a reflexionar sobre la autenticidad y la sinceridad en la esfera política. ¿Cuánto de lo que escuchamos es genuino y cuánto es cuidadosamente diseñado para atraer a las masas? Los lapsus freudianos, en su peculiar manera, nos incitan a explorar estas cuestiones más profundamente.

En el contexto de una sociedad cada vez más escéptica hacia la política, estos deslices podrían ser una oportunidad para fomentar una mayor conexión entre los líderes y la ciudadanía. La transparencia y la honestidad son cualidades anheladas en un mundo político dominado por discursos preparados y agendas ocultas. Los lapsus, aunque sean errores, ofrecen la posibilidad de humanizar a los políticos, mostrándolos como seres falibles pero auténticos.

Así que apreciable lector tenga usted cuidado, no vaya a ser que la verdad se asome en vísperas navideñas y arruine la algarabía de los adelantados que ya pusieron su arbolito navideño.

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

Opinión

DTmF: Identidad, Gentrificación y Nostalgia. Por Isaías León

 

El reciente álbum de Benito Antonio Martínez Ocasiocausó un gran revuelo en muchos lugares del mundo. Llama la atención la respuesta que hubo en Europa, donde la recepción inicial del nuevo material no fue lo que el continente occidental esperaba. Desde varios sitios hubo críticas al ritmo musical, alegando que no era lo que se anticipaba. La expectativa en esa región del globo era un disco lleno de reggaetón similar a YHLQMDLG, desestimando los ritmos latinos del más reciente álbum.

Es comprensible, creo, juzgar lo que no conocemos. Sin embargo, más allá de si gusta o no el artista y su música, este álbum tiene un contenido de crítica social y política significativa. Martínez Ocasio nos presenta una profunda visión de la identidad puertorriqueña y su crítica a todo lo que está ocurriendo en torno a la isla. A través de géneros a los que no estábamos acostumbrados a escuchar de Band Bunny, como la salsa y el jíbaro, el artista ofrece al mundo un manifiesto cultural y político fácil de digerir, que tal vez para algunos puristas del análisis político pueda parecer superficial.

Al respecto, destaca Lo que paso en Hawái, una canción que refleja la preocupación de muchos sobre lo que sucede en Puerto Rico, lugar que vive un proceso de invasión silenciosa, principalmente por el turismo norteamericano, mismo que se lleva sus recursos, identidad, cultura y tierras.

Este sentimiento es compartido desde un contexto como el mexicano, particularmente en la Ciudad de México, donde se vive un proceso muy fuerte de gentrificación. La pérdida de la identidad cultural y el hecho de que las comunidadeslocales se vean forzadas a desplazarse porque “ya no alcanza” es un tema presente en la conversación diaria. En el caso de México, esto se observa en la promoción que hacenlos desarrollos inmobiliarios con lemas como: “Spend in Pesos, Earn in Dollars” (“gana en dólares, gasta en pesos) o en restaurantes de la Roma-Condesa que optan por cambiar sus menús al idioma inglés.

Exponer Puerto Rico al mundo fue algo relativamente fácil para un artista con millones de oyentes en plataformas de streaming, pero hacerlo manteniendo un gran respeto por la identidad cultural del álbum fue fundamental. Es sobresaliente que el material fue grabado en la isla, usando y combinando muchos de sus ritmos musicales en canciones como Baile Inolvidable, La Mudanza y Café con Ron. Además, Bad Bunny ha anunciado recientemente conciertos de «residencia«, dirigidos especialmente a su gente durante varias fechas continuas. Es decir, la conexión que el artista busca fortalecer con la isla es crucial, llevando en sus letras la voz de muchos que sufren a diario los efectos del despojo y se curan con música y jíbaro.

Debí Tirar Más Fotos, con una portada que incluye dos sillas de plástico (esas que todos alguna vez hemos usado en una reunión o fiesta) y un fondo verde, intenta conectar con todo el pueblo latino. Es una imagen sencilla, común en muchas comunidades, muchas alejadas de las grandes ciudades, donde la calma y el aire fresco son los mayores tesoros:pequeños pueblos, donde muchos crecieron y tuvieron que salir en busca de una vida mejor.

Comprender el mundo actual de la música sin la presencia de un latino tan influyente como lo es la figura de Benito sería imposible, poniendo a los norteamericanos a aprender español, cambiando la pronunciación de la “l” por la “r”, y aun así criticando sus prácticas imperialistas.

Finalmente, después de entender lo que este disco nos quiere transmitir, más allá de bailar la música que para algunos era «de otra época» o descubrir la crítica social que lleva implícita, quiero interpretar DTmF (la canción en sí) como un recordatorio de la importancia de preservar los recuerdos de los momentos que realmente importan, con las personas que queremos, con nuestra gente. Esos momentos que nos obligan a extrañarlos cuando ya no estén, porque nadie sabe lo que va a pasar mañana.

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