Sospechoso, por decir lo menos, resultó el plantón que emprendieron ayer vendedores ambulantes en contra del alcalde Javier Garfio Pacheco, a quien acusan de negarles su derecho a trabajar por no permitir que el recién remodelado Centro Histórico sea una anárquica feria de pueblo.
Lo curioso, indican, es que es justo en vísperas de campañas cuando a los señores se les colma la paciencia. Saben medir los tiempos, sobre todo cuando se trata de echarle grilla a Juan Curiel, el eterno líder de los ambulantes alineados a Gobierno, esos que están puestos cuando se trata de mapachear o armar grupos de choque.
Como suele ocurrir, lo que le prometieron a los ambulantes se los cumplieron, pero sólo a los compas, quienes acaparan dos, tres o más espacios, los cuales usan como bodegas, mientras otros tantos menos queridos son hostigados por vender en la calle pese a tener su papelería en regla. La vieja regla de “el que no está conmigo está contra mí”.
La remodelación del Centro Histórico fue herencia de Quezada, pero no la única que quiere dejar, pues está realizando una campaña paralela a la oficial, siempre con el notable apoyo de su esposa, Lucía Chavira, quien ha sido un factor clave para allegarle simpatías al proyecto.
Otro factor clave es el apoyo del grupo baecista, tanto del tío como del sobrino, pues los equipos de los exgobernadores están cerrando filas en torno al ojiverde y pese a las expectativas de enfriamiento y abandono que le auguraban, son muchos quienes siguen al pie del cañón y poco a poco podrían ser más.
El proyecto 2016 es clave, y tras el famoso desayuno del ex gobernador Reyes Baeza con el mandatario en turno, César Duarte, parece haberse acordado un salvoconducto para que Marco pueda seguir su luchita sin recibir fuego abierto, aunque sí el soterrado, ese que le chamusca las patas pero para hacerlo correr más.
Seguro volverá pronto a escena el caso Aeroshow, que permanece siendo una muestra de injusticia e impunidad pues se castigó al pobre, no a los responsables. El piloto, cuyo error fue aceptar entrarle a un evento sin la menor seguridad, sigue preso. Por otro lado los responsables gozan aún de las ganancias del evento y se pasean como Juan por su casa. No nos sorprenda, así es la justicia en Chihuahua.
Otro ejemplo de injusticia es el caso de Gerardo Antonio Henric López, un joven estudiante de diseño quien está por cumplir 10 años desaparecido pese a que su madre aportó pruebas abundantes que apuntan claramente a quienes ella y muchos consideran los presuntos responsables.
Será en julio de este año cuando se cumpla una década de impunidad, pues todo parece indicar que el crímen del joven fue a manos de dos ‘juniors’ amparados por el poder de exfuncionarios de alto nivel quienes han hecho de todo por mantenerlos libres, y lo han logrado. En las próximas semanas abordaremos con más detalle el caso.
Otro tema es el de las carreteras, pues luego de que ayer denunciamos el miserable estado en el que se encuentra la carretera Chihuahua-Juárez, nos llovieron correos y comentarios denunciando otros tramos a lo largo y ancho de la entidad donde no sólo deben encomendarse a San Judas para que no les toque ningún hoyanco, sino que no tienen ni siquiera la señalización básica y otras medidas indispensables de seguridad.
La movilidad en Chihuahua es vista como un negocio, no como un servicio público, y la consecuencia es que ya van varios muertos de los que las autoridades quieren lavarse las manos echándole la culpa de todo al exceso de velocidad, lo cual hay que reconocer que también es un factor importante.
Y volviendo a asuntos grilleriles, el que viene a la frontera, sin huevos y en pleno Domingo de Pascua, es el expresidente nacional del PAN Manuel Espino Barrientos, quien presentará a los candidatos de Movimiento Ciudadano, el partido que le dio cobijo luego de que lo patearon del albiazul.
Pero unos llegan y otros se van, y así le pasó al archiempresario Ricardo Orviz, dueño de medio Delicias, quien por salud (o por dignidad) se bajó de la suplencia del cantante y candidato por el distrito lechero, Tony Meléndez. Dijo Orviz que tiene una enfermedad que le urge tratar.
El empresario constructor fue enviado como un factor de peso y seriedad a una candidatura que raya en lo cómico, una de esas puntadas que trae el PRI de hacer de artistas sus portavoces por la cercanía y simpatía de la gente hacia ellos, pues buena parte de los candidatos son impresentables, como Carlos Hermosillo, sobre quien pesan varias denuncias de corrupción sin efecto alguno.
Tanto es así que Juan Gabriel parece haberse convertido en el jefe de campaña del PRI en Chihuahua, pues sin duda es su carta más valiosa, según lo describió en una aguda columna el periodista Alejandro Salmón, quien escribe: “se dijo que lo fundamental para ellos era apuntalar el proyecto del presidente Enrique Peña Nieto. ¡Vaya manera de apuntalarlo!, con cantantes, payasos y actrices representativas del cine de ficheras. Esa es la altura intelectual de la clase política de la actualidad. Para eso les alcanza. Pobre proyecto, pobre país”.
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