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Sputnik muestra eficacia del 91.6% y sin efectos adversos graves

Después de meses de reclamos de la comunidad científica internacional, finalmente Rusia publicó en la revista The Lancet los estudios de fase 3 de la vacuna Sputnik V, que mostró una eficacia del 91.6 por ciento y no registró efectos adversos graves.

Se trata de un avance muy importante para la vacuna desarrollada por el Instituto Gamaleya ya que supone el cumplimiento de uno de los pasos clave exigidos por la comunidad científica, ya que permite que los datos puedan ser revisados por los científicos de todo el mundo.

Los datos publicados en The Lancet son los resultados provisionales del ensayo clínico de fase III que se hizo sobre casi 20 mil voluntarios, alrededor de un cuarto de los cuales recibió el placebo. La eficacia de la vacuna fue del 91.6 % en términos generales y del 91.8 % entre los mayores de 60 años. Además, la Sputnik V fue 100 por ciento efectiva para prevenir el desarrollo de casos graves.

«Entre los casos analizados, más del 98% de los voluntarios desarrollaron una respuesta inmunitaria humoral y el 100%, una respuesta inmune celular», dice el resumen difundido por el Instituto Gamaleya. «El nivel de anticuerpos neutralizantes del virus en voluntarios vacunados con Sputnik V es 1.3-1.5 veces mayor que el nivel de anticuerpos de los pacientes que se recuperaron del Covid-19», agrega.

En cuanto a los efectos adversos, el informe indica que la mayoría (el 94%) fueron leves e incluyeron síntomas similares a la gripe, dolor de cabeza y sensación de debilidad. Pero el dato más fuerte es que no hubo ningún efecto adverso grave asociado a la vacuna y no se produjeron alergias fuertes ni shock anafiláctico como sucedió con otras vacunas con alta eficacia, como la de Pfizer.

«Es la vacuna líder en el mundo y The Lancet lo confirma», destacó el director ejecutivo del Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF), Kirill Dmítriev, en una conferencia con medios de todo el mundo en la que participó LPO. «Los críticos ya no tienen argumentos contra la vacuna, el artículo en The Lancet es un jaque mate para los críticos», agregó el funcionario ruso.

Dmítriev resaltó que solo hay tres vacunas en el mundo con una eficacia mayor al 90%, pero dijo que la Sputnik se diferencia de las de Pfizer y Moderna en las facilidades logísticas, ya que puede almacenarse entre 2 y 8 grados en un refrigerador común. Además, dijo que el costo de menos de 10 dólares la convierte en una de las más accesibles del mundo. «Es una vacuna para toda la humanidad», dijo.

El funcionario ruso además dijo que el Instituto Gamaleya se ofrece a cooperar con otros laboratorios para aumentar la efectividad de sus vacunas, mencionando específicamente el acuerdo con AstraZeneca. «Solamente con la cooperación podemos vencer al coronavirus, especialmente en las nuevas mutaciones», indicó. Al respecto dijo que la utilización de dos componentes en la Sputnik la hace más eficaz contras las nuevas cepas.

Respecto a la producción, que aparece como uno de los grandes desafíos para Rusia, Dmítriev dijo que esperan que este mes se complete la documentación para autorizar la producción en India, donde el gobierno de Vladimir Putin espera acelerar el proceso para la exportación de la vacuna. Allí, detalló, trabajaran más de 5 plantas de producción. Pero además indicó que la vacuna va a producirse en Corea del Sur, Brasil, China (a fines de mes), Kazajistán, Bielorrusia, Turquía, y quizás en Irán.

Agencias

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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