Sputnik V anunció este jueves que emprenderá una demanda por difamación contra la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa) por «difundir intencionalmente información falsa e inexacta» sobre el fármaco.
El lunes de esta semana, tras un debate de más de cinco horas, Anvisa rechazó la importación de la vacuna rusa, alegando la supuesta falta de información suficiente para garantizar la seguridad, calidad y eficacia del medicamento.
Para los desarrolladores de la Sputnik V, esos alegatos son la razón para emprender un proceso legal por difamación. Entre las críticas esgrimidas contra decisión de Avisa figura el hecho de que la misma agencia reguladora brasileña admitió que no había probado la presencia de replicantes virales en la vacuna.
«Anvisa hizo declaraciones incorrectas y engañosas sin haber probado la vacuna real Sputnik V. Y sin considerar el oficio del Instituyo Gamaleya, que indica que no hay RCA presente y que solo se utilizan vectores no replicantes con E1 suprimido. Nuestro equipo legal se pondrá en contacto», aseveraron.
El mismo día en que se anunció el rechazo a la importación de Sputnik V, los responsables de la vacuna rusa consideraron que la decisión era «de naturaleza política» y no tenía «nada que ver con el acceso a la información sobre la vacuna o la ciencia».
Anvisa mantuvo en vilo a los gobiernos de 17 estados, que esperaban importar el fármaco para atender la crisis sanitaria derivada del coronavirus y que, al menos en Brasil, ha confrontado a las regiones con las decisiones del presidente Jair Bolsonaro. Ahora, la última palabra podría quedar en manos del Supremo Tribunal Federal.
Posiciones cruzadas
Las cifras de muertes y contagios por covid-19 en Brasil mantienen al país suramericano como uno de los epicentros mundiales de la pandemia. Con un número de fallecimientos que se acerca los 400.000 y más de 14 millones de contagios, la necesidad de tener acceso a más vacunas es urgente.
En ese marco, hay posicionamientos cruzados sobre Sputnik V en Brasil. En la víspera de la negativa de Anvisa, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) había aprobado el lanzamiento comercial de la vacuna, al considerar que era «segura».
«La Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación aprobó el lanzamiento comercial de la vacuna con el nombre de Gam-COVID-Vac [Sputnik V]», informó la cartera en un comunicado de prensa.
En marzo, Bolsonaro telefoneó a su homólogo ruso, Vladímir Putin, para tratar la compra y producción de la vacuna Sputnik V. Antes de esa conversación, el Gobierno brasileño ya había comunicado la compra de 10 millones de dosis del fármaco desarrollado por Gamaleya.
El inmunizante ya se produce en el país por la Uniao Química, socia del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), y el primer lote de este fármaco producido en suelo brasileño fue presentado a finales del mes pasado. Sin embargo, la Uniao Química solo estaba a la espera de la autorización de Anvisa.
Hasta el momento, en Brasil solo se aplica la vacuna china CoronaVac, con permiso para uso de emergencia, y la sueco-británica de AstraZeneca, autorizada para uso a gran escala. Además, tiene ya aprobadas las de la belga Janssen y de la estadounidense Pfizer.