El candidato republicano François Fillon, Marine Le Pen, del Frente Nacional, el centrista Emmanuel Macron, y el socialista Benoît Hamon cancelaron los actos previstos para el viernes y, en su lugar, hicieron declaraciones por televisión sobre cómo lucharían contra el terrorismo.
Jean-Luc Mélenchon, respaldado por los comunistas, dijo que no cederá al «pánico» y mantendrá sus planes para el día. El sábado no está permitido hacer campaña.
Mélenchon y Fillon van a la primera ronda con la esperanza de arrebatarles los puestos a los delanteros Le Pen y Macron en el desempate del 7 de mayo, después de que en las últimas semanas los sondeos indican una contienda más reñida. El ataque, que causó la muerte de un policía y heridas a otros dos, podría nuevamente cambiar la dinámica de la votación, según Bruno Jeanbart, director de estudios políticos de la encuestadora OpinionWay.
«Creo que esta elección es lo suficientemente inestable y todavía se podrían mover las cosas», dijo Jeanbart. «Hay que poner especial atención a Marine Le Pen».
El tiroteo del jueves, que se atribuyó a ISIS y en el cual el atacante murió abatido por disparos cuando trataba de escapar, ocurrió cuando los candidatos aparecían en un programa televisivo de entrevistas. Sus reacciones espontáneas subrayaron las marcadas diferencias entre ellos.
Le Pen reiteró su llamamiento a mayores controles fronterizos y una represión del islamismo radical. Macron dijo que el plan de Le Pen de salirse del régimen de fronteras abiertas de Europa era una “insensatez” y que él mejoraría la inteligencia con una fuerza antiterrorista centralizada. Fillon pidió una mayor cooperación con Rusia e Irán, y Mélenchon dijo que la mejor respuesta era seguir con la campaña y mostrar que Francia no cederá a la violencia.
Sin nombrarla, el primer ministro Bernard Cazeneuve atacó indirectamente las posiciones antieuropeas de Le Pen. Después de una reunión de emergencia de ministros clave de gabinete, Cazeneuve mencionó mensajes de apoyo de toda Europa y dijo que “estar unidos es la mejor manera de combatir el terrorismo”. Instó a los franceses a no ceder al “temor, la manipulación, la división”.
Los votantes van a las urnas en medio de leyes de emergencia introducidas en noviembre de 2015, cuando hombres armados mataron a 130 personas en ataques en París, y las preocupaciones de seguridad han sido un asunto importante de la campaña. Le Pen encabezó las encuestas para la primera ronda durante gran parte de la campaña con sus promesas de reducir la inmigración y defender la cultura francesa, al tiempo que busca sacar a Francia del euro.
Las preocupaciones de los inversores sobre una ruptura de la unión monetaria han sido moderadas por sondeos que demuestran que Le Pen terminaría siendo derrotada por Macron o Fillon en el desempate. Pero el marcado ascenso de Mélenchon en días recientes ha alterado esos cálculos, elevando el rendimiento de bonos franceses a cerca de un máximo de cuatro años.
«Esta elección es increíblemente reñida», dijo Dominique Reynié, profesor de ciencias políticas en Sciences Po en París. «Ocurra lo que ocurra, nos enfrentamos a un profundo cambio político».
Mélenchon, de 65 años, dice que no quiere sacar a Francia del euro o de la Unión Europea, aunque, como Le Pen, quiere reformar los tratados de la UE e imponer restricciones políticas al Banco Central Europeo y amenaza con alejarse si no consigue lo que quiere.
«Europa, la cambiaremos o la dejaremos», dijo Mélenchon por el canal France 2, añadiendo que quiere que Francia sea un socio de la UE y de Alemania, no un «vasallo».
Mélenchon permanece en la cuarta posición con un 18.5 por ciento de apoyo, de acuerdo con el cálculo combinado de Bloomberg de las encuestas. Eso se compara con 19,5 por ciento para Fillon, 22.5 por ciento para Le Pen, y 24 por ciento para Macron.
Pero el impulso de Mélenchon es sorprendente y plantea la posibilidad, aunque todavía poco probable, de que dos candidatos anti-UE pudiesen llegar a la elección de segunda ronda.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.