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Salud y Bienestar

Tenga su propia rutina de ejercicios en el carro y manténgase en forma

La falta de tiempo, dinero y hasta entusiasmo son algunas de las principales excusas cuando no se quiere hacer ejercicio, esto no solamente afecta en la apariencia física sino también puede traer consigo problemas de salud ocasionados por el sedentarismo.

Evite la obesidad, los problemas cardíacos, dolores de espalda y el debilitamiento mental implementando una rutina de ejercicios que puede desarrollar en su vehículo mientras espera en un semáforo o está atascado en una cola y así ganará tanto figura como salud.

“Aunque conducir requiere la intervención de los cinco sentidos, es decir, la atención completa del conductor, existen momentos en los que se puede aprovechar el carro como utensilio para liberar estrés y eliminar molestias musculares” aseguró Carlos José Alvayero, Médico especialista en Endocrinología.

dd El especialista asegura que existen una serie de consejos sencillos para que usted haga ejercicios en su carro.

Inicie su rutina con movimientos relajantes; estirar una pierna o un brazo a  la vez es bastante fácil mientras maneja, además puede utilizar el techo del carro o el volante para empujar.

Tirar el brazo hacia arriba y hacia atrás tanto como pueda mientras se empuja contra el techo es un ejemplo. Llegando a la parte trasera de su asiento con un brazo es otro ejemplo, pero asegúrese de que tiene suficiente espacio para completar los dos lados, uno cada vez, por supuesto.

Encogimiento de los hombros, moviendo la cabeza en un movimiento circular, arqueando su espalda baja son un par de cosas más que se puede hacer fácilmente con una mínima distracción.

Si lo que prefiere es ejercitar su abdomen para tonificarlo debe hacer un movimiento tan simple como empujar el ombligo hacia atrás lo más posible, imaginando que está tratando de tocar la columna vertebral y mantenerlo durante 10 o 20 segundos a la vez.

Adquiera el hábito de hacerlo por lo menos 4 o 5 días por semana mientras maneja y esto le ayudará a aplanar el estómago, fortaleciendo el músculo transverso del abdomen.

Presione el volante hacia el centro con ambas manos, esto ejercitará sus hombros, bíceps y pectorales.

Apriete los glúteos durante 15 segundos mientras espera en el semáforo, repítalo todas la veces que puede en su camino, este movimiento de contracción le ayudará a tonificar y fortalecer los músculos.

Para evitar el estrés y el cansancio que generan las colas en hora pico puede realizar las siguientes actividades:

  • Coloque las manos en su regazo inspire hondo, suba los hombros, contenga unos segundos la respiración y apriete sus músculos. Después, exhale con energía y suelte los hombros.
  • Agárrese el brazo con la mano contraria; apriete y suéltelo moviendo el hombro hacia arriba y hacia abajo y el lado del cuello. Después, repítalo todo con el otro lado.
  • Por último ponga los dedos en la parte de abajo del cuello y presione haciendo círculos a cada lado de la columna. Es una parte que siempre está tensa y eso le ayudará a relajarse.

El Dr. Alvayero afirma que con esta rutina de ejercicios no existen las excusas, “en tan solo 15 segundos que es menos de la mitad del tiempo que permanece en rojo un semáforo se puede realizar un pequeño estiramiento para relajarse, es fácil, cómodo, sirve para prevenir y mejorar la salud y el humor en durante las horas de embotellamiento vehicular”.

Recuerde que es indispensable complementar estos ejercicios con una ingesta de alimentos y bebidas de forma balanceada, lo que permite un adecuado control del peso.

Es indispensable tener una buena hidratación. Un adulto, no deportista y sin condiciones especiales (clima, enfermedades) debe  consumir entre 9 y 13 vasos de líquido al día.

El consejo final del especialista es tener la rutina anotada en un papel y colocarlo detrás del volante para utilizarlo al menos 5 veces por semana.

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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