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Resto del mundo

Tensa calma en Baltimore tras ola de disturbios

La ciudad estadunidense amanece bajo fuerte resguardo policial y toque queda, luego de las protestas contra la brutalidad policial.

La ciudad estadunidensede Baltimore amaneció hoy en calma luego de los disturbiosde la víspera que dejaron 15 policías heridos, 27 arrestos,comercios saqueados y autos incendiados.

Un día después de los funerales del joven afroamericano Freddy Gray, cuya muerte detonó movilizaciones en repudio de la brutalidad policial, los residentes quedarán sujetos a partir de este martes a un toque queda desde las22:00 horas hasta las 5:00 horas.

En las calles de la ciudad aún operaban autos de bomberos que tuvieron a su cargo durante la noche y la madrugada la contención de los siniestros.

Los manifestantes, casi en su totalidad adolescentes afroamericanos, arrojaron piedras, tubos y botellas a la policía, además de que saquearon licorerías y tiendas, destruyeron una patrulla policial y prendieron fuego a una farmacia y a autos particulares.

Aunque el gobernador republicano Larry Hogan decretó la víspera estado de emergencia y anunció el despliegue de hasta cinco mil elementos de la Guardia Nacional, su presencia en las calles de la ciudad no es evidente por el momento.

El presidente Barack Obama se mantiene atento a la población y pidió “moderación” a la policía durante una conversación con el gobernador Hogan, además de que ofreció el apoyo del Departamento de Justicia.

La jornada de la víspera levantó cuestionamientos sobre si las autoridades locales y estatales estaban preparadas para contener las protestas, o si respondieron con suficiente rapidez ante el desbordamiento de las manifestaciones.

La alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, fue especialmente criticada por declaraciones en las que pidió a la policía dar “espacio” a los manifestantes.

Analistas en temas policiales coincidieron en que el número inicial de policías custodiando las protestas mostró ser insuficiente, por lo que fue necesario sumar el apoyo de agentes y equipos tácticos de ciudades vecinas.

Para los adolescentes menores de 14 años, el toque de queda inicia a las 21:00 horas, y sólo las personas con urgencias médicas o en ruta a su trabajo podrán circular sin ser detenidas por la policía.

Freddy Gray, un joven afroamericano de 25 años, resultó herido en circunstancias que no han sido aclaradas mientras se encontraba bajo custodia policial. Unos días después murió en un hospital local por lesiones en la medula espinal.

Cientos de manifestantes realizaron una masiva protesta el fin de semana, pero las manifestaciones se tornaron violentas después de la realización de los funerales de Gray esta mañana, a los que asistieron más de 2 mil personas.

Los disturbios recordaron las incidentes desatados el año pasado en Ferguson, Missouri, tras la muerte de otro joven afro americano, Michael Brown, por disparos de un policía blanco, un episodio que reactivó el debate sobre el uso excesivo de la fuerza policial.

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Fuente: Excélsior

Deportes

Wimbledon sin jueces de línea: el fin de una era que muchos ya extrañan

Por primera vez en sus 148 años de historia, Wimbledon ha eliminado por completo a los jueces de línea humanos, reemplazándolos con un sistema electrónico automatizado. Esta decisión marca un punto de inflexión en uno de los torneos de tenis más tradicionales del mundo, generando una mezcla de aceptación tecnológica y nostalgia por la humanidad que esta figura representaba en la cancha.

Pauline Eyre, quien fue jueza de línea en 16 ediciones del torneo, recuerda con orgullo su primera vez pisando el césped sagrado del All England Club a los 21 años. “Era un sentimiento extraordinario”, comenta. Lejos de haber soñado con ganar un trofeo como jugadora —ella misma se describe como una mala competidora juvenil—, su máximo orgullo fue formar parte del equipo de oficiales, un grupo que consideraba “visiblemente diferente y especial”.

Esa esencia humana es justo lo que, para Eyre y otros puristas, se pierde con esta transformación. Aunque el sistema electrónico —el mismo adoptado por el Abierto de Australia y el US Open— promete precisión absoluta, Eyre sostiene que el cambio elimina una parte esencial del deporte: la imperfección humana. “El tenis es sobre personas. Si le quitas la humanidad, estás quitando una parte fundamental del juego”, afirma.

La medida, anunciada por el All England Lawn Tennis Club en octubre pasado, responde a la intención de garantizar la máxima precisión en el arbitraje y ofrecer condiciones homogéneas para los jugadores, en línea con la mayoría de los torneos del circuito ATP y WTA. Sally Bolton, directora ejecutiva del club, explicó que la transición busca estandarizar el entorno competitivo. Sin embargo, incluso antiguos funcionarios como Andrew Jarrett, ex árbitro principal de Wimbledon entre 2006 y 2019, admiten que el cambio, aunque lógico desde el punto de vista tecnológico, tiene un “costo humano”.

Jarrett subraya que durante su gestión nunca se contempló seriamente eliminar a los jueces de línea, aunque reconocía que la introducción del sistema Hawk-Eye en 2007 marcaba el inicio de una posible transición. Para Eyre, ese momento fue revelador: “Hawk-Eye nos demostró que casi siempre teníamos razón”, dice, con cierta melancolía.

La eliminación de estos oficiales también impacta el futuro del arbitraje en el tenis. “¿Por qué un joven de 15 años querría ahora pasar sus fines de semana arbitrando partidos infantiles si ya no puede soñar con llegar a Wimbledon?”, cuestiona Eyre.

Entre los jugadores, la reacción es dividida. Aryna Sabalenka, número uno del mundo, considera que el sistema electrónico elimina controversias y aporta claridad, aunque reconoce estar «50/50». Por otro lado, Barbora Krej?íková y Frances Tiafoe expresaron su preferencia por el estilo tradicional, destacando el «fanfarroneo» y la interacción humana que ofrecían los desafíos a jueces de línea.

El sistema automático no está exento de fallas. Durante un partido de segunda ronda, el sistema emitió un llamado de «fuera» entre puntos, generando confusión y risas entre el público. Otros jugadores también señalaron que las señales automatizadas son a veces demasiado tenues para escucharse, especialmente en canchas con mayor ruido ambiental.

De los aproximadamente 300 jueces de línea que solían participar en Wimbledon, solo 80 permanecen este año como asistentes de cancha en caso de fallos técnicos del sistema.

Lo que antes era una aspiración para muchos —ser parte del torneo más prestigioso del mundo, aunque fuera desde los márgenes del terreno de juego— ahora queda relegado a la historia. Eyre, ahora comediante de stand-up, recuerda cuando fue abucheada por sancionar al favorito local Greg Rusedski o cuando John McEnroe la fulminó con la mirada por marcarle un error.

Con humor y algo de resignación, reconoce que los jueces de línea eran vistos como “jugadores fracasados y personas demasiado autoritarias”. Pero, en el fondo, lo hacían por amor al tenis. “Solo queríamos ser parte de algo que amamos”, concluye.

Y quizás, como muchas cosas en la vida, no sabíamos cuánto los íbamos a extrañar… hasta que desaparecieron.

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