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Tiroteo en Texas: uno de los atacantes tenía antecedentes por terrorismo

Ataque a una muestra de caricaturas de Mahoma.

Dos hombres en un auto atacaron anoche a balazos un centro cultural en Garland e hirieron a un agente de seguridad. La policía abrió fuego y mató a los dos atacantes. Uno fue identificado como Elton Simpson, un ex convicto investigado por el FBI.

Dos hombres en un auto atacaron anoche a balazos un centro cultural en Garland, Texas, donde se estaba llevando a cabo un concurso de caricaturas del profeta Mahoma, e hirieron a un agente de seguridad. La policía abrió fuego y mató a los dos. Por varias horas hubo requisas en el coche y en el área en busca de posibles explosivos.

Uno de los sospechosos, informó esta mañana la cadena ABC, fue identificado como Elton Simpson, de unos 30 años y proveniente de Arizona, quien había estado en prisión, por una causa de terrorismo. En el momento del ataque, el hombre estaba bajo libertad provisional.

Esta mañana, el FBI y un equipo antibombas revisó la casa de Simpson, en un complejo de departamentos en el norte de Phoenix, donde un robot reviso la vivienda.

Las autoridades creen que Simpson es la persona que estuvo enviado varios tuits antes del ataque usando el hashtag  #TexasAttack, inluso envió uno media hora antes del asalto.

Varios seguidores del Estados Islámico también enviaron amenazas contra la muestra durante la última semana, llamando a un ataque. En un mensaje se hacía referencia al atentado contra Charlie Hebdo, en Francia, diciendo que era hora que los «hermanos» en los Estados Unidos hicieran lo suyo.

Según se informó oficialmente, dos personas llegaron manejando hasta la puerta del edificio, el Culwell Event Center, cuando la exhibición, quereunía a unas 200 personas, estaba por finalizar. “Ambos estaban armados, comenzaron a tirar e hirieron a un guardia. La policía disparó a los atacantes y fueron muertos”, señaló el vocero de la policía e informó que habían evacuado el área por precaución y que el oficial herido estaba fuera de peligro.

El encuentro había sido organizado por la American Freedom Defense Initiative, un grupo que es considerado como antiislámico por el Southern Poverty Law Center, una organización que identifica a los grupos que incitan al odio en los Estados Unidos. Los convocantes dijeron que habían recibido “más de 350 caricaturas de Mahoma desde todo el mundo” para competir por un premio de 10.000 dólares. Dibujar al profeta está considerado una grave ofensa por una corriente mayoritaria de los musulmanes.

El encuentro había sido eje de una fuerte controversia hace ya varios meses, cuando la organización alquiló el Culwell Center para el concurso, poco después de que hombres armados mataran en París en enero a 12 periodistas y personal de la revista satírica Charlie Hebdo, que había publicado en su tapa una caricatura de Mahoma.

De hecho, hubo un duelo de protestas en la ciudad, que está cerca de Dallas, durante varios meses. Por un lado se organizaron manifestaciones que pedían “apoyo para el Profeta con honor y respeto”. Otras abogaban por la paz y la tolerancia, pero había grupos que acusaban a los musulmanes de amenazar el estilo de vida estadounidense.

Para custodiar la exhibición en Garland se habían contratado 40 policías adicionales y pagado 10.000 dólares extras en seguridad, se informó. La presidenta de la polémica organización, Pamela Gellar, dijo que ese era “el alto costo de la libertad”. Luego de los incidentes de anoche, señaló que estos habían sido “una muestra de una guerra contra la libertad de expresión”.

Al evento había sido invitado a participar al líder derechista holandés Geer Wilders, que dijo que estaba “conmocionado” tras el incidente porque justamente “acababa de hablar por hora y media sobre las caricaturas, el islam y la libertad de expresión”.

Wilders relató ensu cuenta de Twitter lo que había ocurrido: «Tiros en Garland, en el concurso de caricaturas de Mahoma por la libertad de expresión. Acabo de abandonar el edificio #garlandshooting».

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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