Sorpresa, burla e indignación provocó a muchos chihuahuenses ver las aún no inauguradas obras del Centro, anegadas de agua, pues parece que no se consideró la importancia del drenaje pluvial, una omisión que ya es casi parte de la mentalidad chihuahuense.
El “al cabo nuca llueve” es una salida muy socorrida por los ingenieros de las obras, que omiten este detalle, pues para cuando se inunde ellos ya estarán lejos, haciendo otra piscina urbana.
Cierto es que la lluvia fue inusual, de 60 horas continuas, y ni siquiera llegó por ciclones o huracanes, sino por el choque de un frente frío en pleno verano y una masa de aire caliente del pacífico: la tormenta perfecta.
Pero como es usual cuando Tláloc se acuerda de Chihuahua, hubo inundaciones en calles y colonias, derrumbes, desborde de ríos, viviendas afectadas, vuelos cancelados y crecida de arroyos, e incluso dos hombres cayeron al río Chuvíscar y aunque uno ya fue rescatado, el otro no ha aparecido.
Otra obra que no aguantó fue el cruce del puente que conecta con las grutas de Nombre de Dios, lo cual no es nada nuevo, pues ya lo había tumbado una vez y siguen haciendo las mismas marranadas.
El lado bueno es que las presas se recuperaron un poco y ofrecieron un alivio, pues estaban casi secas y, pese a las afectaciones, la mayoría de los chihuahuenses están marravillados con el olor a tierra mojada y la promesa de menos sed para las próximas semanas.
Curiosamente, el gobernador César Duarte no ha salido a ofrecer homilías ni a agradecer a ningún santo por las lluvias.
Los que sí salieron fueron el alcalde Marco Adán Quezada, quien se aventó un baño de pueblo y de lluvia, y entregó despensas y hules en las colonias más desfavorecidas, sin perder oportunidad para pasear a su pupilo Eloy García Tarín, quien soltó su propia lluvia pero de promesas.
Luis Luján aprovechó para dar una muy completa rueda de prensa, con imágenes satelitales y todo, y varios funcionarios deambularon por las salas de prensa buscando quién les tomara foto y declaración, como el tabasqueño Efraín Olivares, delegado de la SCT, a quien tienen bastante olvidado por su lejanía de Palacio, tanto física -pues sus oficinas están en la salida a Delicias- como ideológica, aparte de que los ballezanos nada más no lo tragan.
Y hablando de delegados federales, la dirección de Conagua en Chihuahua no pone orden, pues mientras se acumulan las denuncias contra productores por la explotación ilegal de agua, funcionarios como José Reyes García y Antonio Ferreiro, se han dedicado a fingir operativos en la zona noroeste cuando saben muy bien quiénes destruyen el ambiente y los recursos.
Aquí entraría en conflicto el recién casado Álex Lebarón, pues la dirección de la Conagua riñe con sus intereses como miembro de la comunidad mormona, volcada a la agricultura altamente tecnologizada que depreda la zona.
Pero hablando de depredadores, ningunos como los del PAN, pues como no gobiernan casi nada no les quedó de otra que robarle al propio partido y a las campañas.
El caso más notable es el de Miguel Riggs y su empresa Rigba, que habría facturado más de cinco millones en campañas. Esto enardeció a algunos panistas que ya estaban de por sí enardecidos cuando Riggs les ganó la alcaldía, esto en contra de la rancia maña de imponer candidatos por negociaciones o luchas entre cúpulas.
Pero ahora también salió a relucir el caso de Ignacio Galicia, responsable de los representantes del PAN en las casillas e íntimo amigo de Mario Vázquez, quien, por cierto, tiene pura intimidad en el CDE.
Resulta que Galicia registró a 15 mil representantes de casilla y el IEE le dio 54 pesos por cada uno, para el lonche, pero a la mera hora llegó solo la tercera parte, así que de los 830 mil pesos que había recibido, solo gastó la mitad, mientras que el medio millón de pesos restante ni lo devolvió al IEE ni lo entregó al PAN. Sencillamente desapareció en sus bolsillos, nos aseguran.
Y hablando del PAN y del IEE, el organismo sesionó para resolver las quejas presentadas por los partidos y, aunque no lo crea, el PRI resultó el más chillón, pues pese al cúmulo de marranero que hicieron a lo largo y ancho del territorio, les dolió mucho no recuperar Delicias y ahora la traen contra Jaime Beltrán del Río, Mario Mata y sus colaboradores. Están ardidos.
El que ya no quiere saber nada de campañas ni de nada es el gobernador César Duarte, quien se irá “donde nadie sepa de él”, pues aunque parezca de hierro ese hombre, siempre activo día y noche y concentrando todas las decisiones importantes, también necesita descanso.
Si en Parral no han pegado tan fuerte las ejecuciones, este viernes tendrán tiempo de ver la escenificación de una, pues al mero estilo de las luchas entre cárteles, cocerán a balazos a Francisco Villa en una histórica representación. Luego, el gobernador dirá byes.
You must be logged in to post a comment Login