El cambio se da por primera vez en más de un siglo por los Juegos Olímpicos. .
La última etapa de la edición 2024 del Tour de Francia se correrá afuera de París por primera vez desde 1905 debido a un choque con los Juegos Olímpicos y se trasladará a la Riviera francesa.
Debido a razones de seguridad y logística, la capital francesa no recibirá el tradicional recorrido final del Tour en los Campos Elíseos y en su lugar la carrera concluirá en Niza el 21 de julio. Cinco días después, París tendrá la inauguración de los Juegos Olímpicos.
La carrera ciclista más importante del mundo comenzará en Italia por primea vez con una etapa que incluye más de 3.600 metros de escalada. La alta montaña estará en el calendario de 2024 tan pronto como en el cuarto día en una carrera que incluye dos etapas contrarreloj individuales y cuatro finales en cumbre.
Hay un total de siete etapas de montaña en el programa, a lo largo de cuatro cadenas montañosas, según la ruta dada a conocer el miércoles.
La carrera iniciará en la ciudad italiana Florencia el 29 de junio y llevará a los ciclistas a Rimini a través de una serie de colinas y subidas en las regiones de Toscana y Emilia Romaña. Ese inicio complicado podría preparar el escenario para las primeras escaramuzas entre los principales contendientes.
Los ciclistas cruzarán los Alpes por primera vez en la etapa 4, cuando se enfrentarán al Col du Galibier de 2.642 metros.
“El pelotón del Tour nunca había escalado tan alto y tan temprano”, dijo el director del Tour de Francia Christian Prudhomme. Y será apenas una prueba de lo que viene, dado que el total del desnivel de la 111ra edición del Tour alcanza los 52.230 metros. El siguiente gran momento para el bicampeón defensor Jonas Vingegaard y sus rivales será la séptima etapa de la primera contrarreloj en los viñedos de Borgoña. El primer día de descanso será después de una etapa en Champaña con varios sectores sobre pistas de tierra blanca para un total de 32 kilómetros que suelen ofrecer carreras espectaculares sobre el polvo.
Luego, los ciclistas se dirigirán al sur, hacia el Macizo Central y los Pirineos, y luego regresarán a los Alpes para un par de etapas enormes con finales en la cima de una colina, en la estación de esquí Isola 2000 y luego en el Col de la Couillole, un recorrido de 15,7 kilómetros, ascenso con una pendiente media de 7,1%.
Lindsey Vonn volvió a lo más alto del esquí alpino al convertirse en la esquiadora más veterana en ganar una prueba de la Copa del Mundo. La estadounidense, de 41 años, se impuso en el primer descenso de la temporada celebrado en St. Moritz, donde firmó su victoria número 83 en el circuito, 44 de ellas en esta modalidad, con una actuación sólida de principio a fin.
Vonn marcó un tiempo de 1:29.63 minutos, resultado que le dio una ventaja provisional de un segundo sobre sus perseguidoras. La austriaca Magdalena Egger, de 25 años, quedó a 0.98 centésimas, mientras que Mirjam Puchner se ubicó a 1.16 segundos y Sofia Goggia a 1.31. La diferencia, inusual en una disciplina en la que cada fracción de segundo puede modificar el podio, consolidó su regreso en una temporada en la que ha mostrado consistencia y control.
Con 41 años y 52 días, Vonn superó los registros de Federica Brignone y Didier Cuche, quienes habían logrado victorias en edades avanzadas, y estableció una nueva marca con su triunfo en St. Moritz. El resultado refuerza su presencia entre las figuras más influyentes del esquí alpino y añade un capítulo destacado a su trayectoria competitiva.
La esquiadora regresó a la actividad profesional en noviembre de 2024, cinco años después de anunciar su retiro debido a múltiples lesiones, fracturas y un persistente daño en la rodilla. En abril de 2019 se sometió a una cirugía de reconstrucción parcial en esa articulación y, tras un largo proceso de rehabilitación, retomó su preparación hasta volver a competir al máximo nivel.
La victoria en St. Moritz es la sexta que consigue en esa emblemática montaña, donde no ganaba desde 2014. También representa su primer triunfo desde marzo de 2018, cuando se impuso en el descenso de las finales de Åre. Su regreso al podio rompe una sequía de más de seis años y confirma que su carrera continúa vigente pese al tiempo y las lesiones.
El resultado consolida una jornada histórica en la que Vonn reafirmó su capacidad competitiva y amplió un legado que sigue ocupando un lugar central en la élite del esquí alpino.