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Tourette’s-like tendency to break into laughter in moments of stress

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Although this is an “origin” story, Joaquin Phoenix’s Arthur Fleck is a volatile party clown well before he adopts that fabled moniker. But there’s a key difference: He’s a victim, more sinned against than sinning. Oh, what a litany of injuries: In the first scene, a group of teens steals the sign he carries for a Going Out of Business sale and bash it over his head when he gives chase, after which — insult to injury — his boss accuses him of stealing the sign and deducts the cost from Arthur’s wages. A colleague gives him a gun and then — when the weapon clatters to the floor during a party for sick kids — denies it. An attractive single mother (Zazie Beetz) in his rundown apartment building can barely keep from grimacing in the face of his greasy leering. Social services are being cut to put money in the pockets of Gotham City’s wealthy — among them Thomas Wayne, soon-to-be-murdered father of Bruce, who’ll go bats — which means Arthur no longer has easy access to his meds, which means he could provoke still more scummy thugs with his Tourette’s-like tendency to break into laughter in moments of stress. Sure enough, he’s attacked on the subway, this time by drunken yuppies who happen to work for Wayne. A popular talk show host, Murray Franklin (Robert De Niro), cruelly ridicules his attempt to be a stand-up comic at an open-mic event. Add to this an overbearing, sickly mother (Frances Conroy) and a history of childhood abuse — is it any wonder the outcast/victim sees only two possibilities: suicide or assuming the guise of a supervillain? You have to admire Arthur for his self-actualization. It sure beats impotence — or nonexistence, which is the ultimate impotence.

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Julio César Salas rechaza aspirar a la SSPE y ratifica permanencia en la Policía Municipal

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El director de Seguridad Pública Municipal de Chihuahua, Julio César Salas González, descartó asumir la titularidad de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado ante una eventual salida de Gilberto Loya Chávez, al asegurar que su prioridad es continuar al frente de la corporación municipal y concentrarse en las labores de seguridad de la capital.

El comisario fue enfático al señalar que no tiene interés en buscar otro cargo dentro de la administración estatal, luego de que surgieran versiones sobre posibles movimientos en la estructura de seguridad. Agradeció que su nombre sea tomado en cuenta, pero reiteró que su compromiso actual y permanente es con la Policía Municipal de Chihuahua.

Las declaraciones se dieron después de los señalamientos realizados por la gobernadora Maru Campos, quien advirtió que los funcionarios con aspiraciones electorales rumbo a 2027 deberán separarse de sus cargos. En ese contexto, Salas sostuvo que no mantiene ninguna intención de participar en procesos políticos ni de asumir nuevas responsabilidades fuera de la corporación que encabeza.

El director de Seguridad Pública Municipal subrayó que su objetivo central es consolidar mejores resultados en materia de seguridad durante el próximo año, particularmente en la reducción de homicidios y robos. Indicó que cualquier distracción en esta área puede generar consecuencias inmediatas para la ciudad, por lo que consideró indispensable mantener el enfoque en las tareas operativas y estratégicas.

Asimismo, afirmó que su principal preocupación es mantener y sostener los avances alcanzados hasta ahora en la capital del estado. Señaló que estos resultados han sido posibles gracias al trabajo de los elementos de la corporación municipal y al respaldo institucional que ha recibido por parte del alcalde Marco Bonilla y de la gobernadora del estado.

Salas reiteró que continuará desempeñando sus funciones al frente de la Policía Municipal, con el objetivo de fortalecer la seguridad y dar continuidad a las acciones implementadas en la ciudad.

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