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Tras 31 años de prisión, «Don Neto» regresa a su casa

Ernesto Fonseca Carrillo, alias «Don Neto», uno de los fundadores del primer gran cártel de México —el cártel de Guadalajara— y condenado por el asesinato de un agente estadounidense, salió de prisión para completar a partir de este jueves su pena bajo arresto domiciliario.

Por orden judicial, «Don Neto» fue trasladado la noche del miércoles del penal de Puente Grande, de Jalisco a su casa en el Estado de México, a la que llegó las primeras horas del jueves tras 31 años en prisión.

«Estuvimos por más de un año tratando de que esto no se llevara a cabo, mas sin embargo un juez resuelve lo contrario y nos ordena que lo llevemos a cabo», dijo a Televisa, Eduardo Guerrero, comisionado de Prisiones Federales.

El año pasado, un tribunal federal autorizó a Fonseca Carrillo terminar su sentencia bajo arresto domiciliario bajo el argumento de su avanzada edad.

Una de sus 15 hijos e hijas, Johana, ha asegurado que su padre tiene 86 años y «posiblemente cáncer de colon», además de que ha perdido la visión de un ojo, entre otras dolencias que suman en total casi una veintena, según su defensa.

«Don Neto» completará su condena, para la que le faltan «casi 10 años», en su casa situada en el municipio de Atizapán de Zaragoza, del Estado de México, colindante con la Ciudad de México. Ese tiempo deberá usar un brazalete electrónico y estará vigilado con cámaras de circuito cerrado y por cuatro guardias que estarán afuera de su casa las 24 horas, apuntó Guerrero.

«Alto perfil»

Cuestionado sobre el empeño del gobierno para que Fonseca no fuera liberado, Eduardo Guerrero respondió que «tiene un alto perfil» como reo.

Es el «fundador de uno de los carteles que más daño han hecho a este país, que es el cartel de Guadalajara. Es una persona con un alto perfil que dañó a mucha gente en los 80, en los 70», explicó el funcionario.

Fonseca Carrillo fue condenado por el secuestro y brutal asesinato en 1985 del agente de la DEA estadounidense Enrique «Kiki» Camarena y de su piloto mexicano, Alfredo Zavala, un crimen que tensó las relaciones entre México y Estados Unidos.

Es el más viejo de los tres fundadores del desaparecido cartel de Guadalajara, que llegó a ser el más poderoso del país y considerado el precursor de las organizaciones trasnacionales de tráfico de droga modernas; tejió alianzas con grupos de Colombia para exportar cocaína a Estados Unidos.

Temor a tener un «fugitivo más»

En 2013, un tribunal liberó al cofundador de ese cartel Rafael Caro Quintero por un tecnicismo legal 12 años antes de terminar su condena también de 40 años, también por el asesinato del agente estadounidense, pero poco tiempo después de la justicia cambió de parecer y volvió a girar una orden de captura.

Caro Quintero, sin embargo, desapareció tras su liberación, sin que pudiera cumplirse su orden de extradición a Estados Unidos. Pero el fin de semana, la revista Proceso publicó una entrevista en la clandestinidad con él, en la que asegura que no mató a «Kiki» Camarena.

Alejandro Hope, analista de seguridad y articulista del diario de circulación nacional El Universal, considera que el gobierno mexicano temía que le volviera a pasar lo mismo que con Caro Quintero y por eso se resistió a otorgarle el arresto domiciliario.

«De pronto, de tener un hombre en la cárcel, que ya estaba fuera de la conciencia de todo el mundo, se vuelve un fugitivo más, y un fugitivo de primer nivel, así que no querían revivir ese tipo de fantasmas», comentó Hope a la AFP.

El tercer fundador del cartel de Guadalajara, Miguel Ángel Félix Gallardo, sigue en prisión.

Originario de Badiraguato, el mismo pueblo de Sinaloa donde nacieron importantes capos como Caro Quintero o Joaquín «El Chapo» Guzmán, Fonseca es tío de los exlíderes del violento cártel de Juárez, el fallecido Amado Carrillo Fuentes, «El Señor de los Cielos», y Vicente Carrillo Fuentes, preso en México.

El asesinato de Camarena se consideró una venganza de los capos del cártel de Guadalajara por las investigaciones del agente que derivaron en la incautación en Chihuahua (norte) de una de las mayores plantaciones de marihuana de la historia, donde trabajaban miles de personas.

 

 

El Economista

Chihuahua

“¿Dónde están nuestros seres queridos?”: Protesta de familiares por caso del crematorio Plenitud irrumpe en acto oficial

La inauguración del nuevo cuartel de la Guardia Nacional en Ciudad Juárez fue interrumpida este viernes por una protesta encabezada por familiares de personas afectadas en el escándalo del crematorio Plenitud. El grupo, portando carteles con mensajes como “Maru encubre al crematorio Plenitud”, exigió justicia y claridad sobre la autenticidad de las cenizas que recibieron tras contratar servicios funerarios.

Aunque estaba anunciada para asistir, la gobernadora Maru Campos se ausentó del evento sin que se dieran a conocer los motivos oficiales. La ausencia fue interpretada por los manifestantes como una evasión ante el creciente reclamo por la falta de avances en el caso.

Una de las participantes denunció públicamente que el cuerpo de su padre fue entregado por la funeraria Latinoamericana al crematorio Plenitud, y aunque posteriormente la familia recibió una urna con cenizas, todavía hoy no tienen certeza de si pertenecen a su ser querido.

“Ni siquiera sabemos si esas cenizas son humanas. Vivimos con la angustia de no saber qué nos entregaron.”

Durante la protesta —realizada en el cruce de la avenida Santos Dumont y el Eje Vial Juan Gabriel, justo mientras transcurría la ceremonia— los familiares insistieron en que no buscan confrontación, sino visibilizar un dolor que, aseguran, ha sido ignorado por las autoridades.

“Nos estamos manifestando porque no podemos quedarnos callados. Necesitamos respuestas. Estamos buscando a nuestros familiares.”

Los inconformes también revelaron que, según versiones entre los afectados, la Fiscalía General del Estado habría dado instrucciones a laboratorios privados para que se abstuvieran de realizar pruebas forenses a las cenizas, bloqueando así cualquier intento de verificación independiente.

En el evento estuvieron presentes el secretario estatal de Seguridad Pública, Gilberto Loya Chávez; el comandante de la GN, Hernán Cortés; y el alcalde Cruz Pérez Cuéllar, quienes presenciaron la manifestación sin emitir comentarios al respecto.

Los familiares reiteraron que no cesarán en su exigencia de análisis científicos confiables, acceso a la verdad oficial y resultados reales en las investigaciones por los 386 cuerpos localizados en las instalaciones de Plenitud.

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