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Tras nuevo decreto federal, piden a ciudadanos regularizar vehículos

Este miércoles entró en vigor el decreto para regularizar autos de procedencia extranjera en el estado, por lo que el delegado del gobierno federal Jesús Alejandro Ruiz Uribe, exhortó a la población a realizar el proceso de regularización.

Señaló que el decreto es válido para autos extranjeros que ya se encuentren circulando en México y para evitar acumulaciones de vehículos, se limitará a un auto regularizado por persona.

“Se va a poder dar protección a todos los conductores”, detalló el edil, quien dijo que la recaudación que se genere de estos procesos, será llevada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para mejorar las vialidades de la entidad.

Detalló que por petición del presidente, el recurso económico será manejado por dicha Secretaría para evitar la malversación del capital o el desvío de recursos para dependencias municipales y estatales.

“El presidente no quiere que el dinero entre a los municipios y ahí empiece la fiesta”, sentenció Ruiz Uribe, quien agregó que el presidente Andrés Manuel López Obrador, recibió muchas peticiones de los ciudadanos de reparar las calles durante su última visita a la región.

Señaló además, que el decreto de regularización también tiene como objetivo aportar a la seguridad ciudadana, puesto que muchas unidades con placas extranjeras son utilizadas para cometer crímenes como asesinatos y robos.

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Refirió que la regularización será positiva para los conductores y su seguridad porque el objetivo es reducir el número de siniestros con unidades que no tengan pólizas de seguro válidas o bien, sean autos chocolate.

En cuanto a los autos afiliados al padrón de la Asociación para la Protección de los Mexicanos (Anapromex), detalló que el decreto trata de acabar con la problemática de los automóviles sin placas válidas.

“Seremos muy estrictos en esta cuestión porque se va a tratar de poner un punto final a la problemática”, aclaró Ruiz Uribe, respecto al decomiso de vehículos con placas Anapromex, y su circulación irregular por las calles del estado.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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