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Salud y Bienestar

Trasplante de heces puede ayudar a combatir obesidad

Entre las investigaciones que realiza la Clínica de Hipertensión del Instituto Nacional de Cardiología destaca el trasplante de heces fecales para contrarrestar la obesidad, hipertensión, diabetes y afecciones mentales en pacientes con enfermedades degenerativas, informó su coordinadora, Nydia Ávila-Vanzzini.

Son procedimientos terapéuticos que se realizan en naciones como Inglaterra, por ejemplo, que es uno de los países más avanzados en quitar la microbiota enferma, que deriva en obesidad, hipertensión o algún problema neurológico, detalló la responsable del estudio que se lleva a cabo junto con la Unidad Médica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Este novedoso procedimiento para el Instituto de Cardiología significará tratar a los pacientes con cuadros de hipertensión, que puedan ser modificados mediante la identificación de las familias de bacterias que tiene su intestino y con ello, implantar la microbiota sana que ayude a cambiar los hábitos alimenticios.

“Tenemos que ver cuál es la microbiota en México, como se comporta en los pacientes hipertensos, diabéticos y obesos, y de ahí decir: este grupo de bacterias, son malas y quitarlas porque lo que pasa en los hipertensos y obesos, es que no tienen diversidad de bacterias.

«Son como pequeños grupos de familias que acaparan todo. Una microbiota que tiene mucha diversidad es sana, una microbiota muy seleccionada de familias es la mala”, explicó.

Ávila-Vanzzini añadió que esas bacterias “eligen” los alimentos que se les antojan, si son poco variadas optan por componentes que fomentan la obesidad, como los azúcares y los carbohidratos, y hacen que los pacientes se les antojen productos que los contengan.

“La investigación tiene como objetivo reducir los factores de riesgo para los pacientes a través de la identificación de las bacterias en sus heces fecales, de las que se hace la secuencia genómica y posteriormente se determina las bacterias que requieren, trasplantándoles microbiota sana en el intestino”, apuntó.

En un taller de periodismo científico, la experta detalló que una vez identificadas las familias de
bacterias por su ADN, se eliminan del intestino y se implantan otras.

“Se quita a través de antibióticos, todo es tomado o a través de lavado, es mecánico y el procedimiento es líquido, obviamente procesado, no es que traigo la popó de alguien y se la pongo, todo lleva un proceso y como si estuviera pintando el intestino, como es líquido se vuelve a fijar la microbiota que es materia fecal de una persona sana”, explicó.

Abundó que este proceso se hace mediante colonoscopia, fijando la microbiota seleccionada para reducir peso del paciente y mencionó que animales ha dado buenos resultados, pues una rata gorda ha bajado de peso al intervenirla con una microbiota sana.

La responsable del proyecto de investigación expresó que este procedimiento puede contribuir a eliminar las cirugías de reducción de estómago o de intestino, para bajar de peso, que si bien han dado buenos resultados, porque bajan los factores de riesgo, ocasionan afectaciones.

“Tiene mucho impacto sobre la microbiota porque estamos quitando gran parte del sitio de absorción del intestino, tenemos muchos problemas de absorción, de deficiencias de vitaminas, mucha alteración de la microbiota, ya nada más quedan ciertas partes funcionando”, indicó respecto a la secuencias de este tipo de cirugías.

En un futuro, señaló la especialista, no se descarta que se pueda extender este tratamiento a las personas que tienen problemas de obesidad, pero también a determinar cuál debe ser la dieta adecuada para los mexicanos que prevenga enfermedades degenerativas.

“Lo que queremos llegar a concluir qué es para México. ´El mexicano debe comer esto´. Hay mucha investigación en dieta, todo el mundo saca su dieta. Y no tenemos realmente algo contundente”, mencionó.

En la actualidad este proceso es caro porque la secuencia del DNA de las bacterias se hace en Corea y se requieren más recursos para continuar la investigación, ya que el presupuesto prácticamente se agotó.

“Esto lo hacemos mandándolos hasta Corea, por ejemplo, y eso es carísimo y entonces estamos un poco detenidos porque ahorita ya no tenemos mucho recurso para continuar con el proyecto”, finalizó.

Fuente: El Universal

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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