Al menos 65 personas murieron el sábado en un triple atentado con bombas ocurrido en una tienda de campaña atestada de asistentes a un funeral en el bastión chií de Ciudad Sadr, situado en la capital iraquí, dijeron fuentes policiales y de salud.
La policía dijo que un coche bomba estalló cerca de una tienda de campaña en el vecindario de Bagdad donde se realizaba el funeral y que después un suicida en otro vehículo hizo estallar sus explosivos. Una tercera explosión se produjo cuando la policía, ambulancias y bomberos acudían al lugar.
Ningún grupo insurgente se atribuyó de inmediato la responsabilidad por el atentado, en el que al menos 120 personas resultaron heridas, dijeron médicos.
«Mucha gente estaba visitando la carpa para presentar sus condolencias cuando repentinamente una poderosa explosión (…) me arrojó al suelo», dijo Basim Raheem, de 35 años.
«Cuando trataba de pararme hubo una segunda explosión. Mi ropa estaba cubierta de sangre y de carne humana. Pensé que estaba herido, pero después me dí cuenta de que estaba sobre un charco de sangre de otras personas», relató.
Un reportero de Reuters dijo que sobrevivientes del incidente habían atacado policías y bomberos que intentaban alejarlos de la escena. Charcos de sangre rodeaban la tienda de campaña.
En un incidente por separado, al menos ocho personas murieron cuando un coche bomba estalló en una ajetreada calle de el distrito de Ur, un sector mayormente chií de Bagdad, dijo la policía.
El frágil equilibrio sectario de Irak está bajo una creciente presión por la guerra civil que afecta a la vecina Siria, donde rebeldes mayormente musulmanes suníes están combatiendo para derrocar al presidente Bashar al-Assad, respaldado por la chií Irán.
Tanto suníes como chiíes han cruzado a Siria desde Irak para pelear en los dos bandos del conflicto civil.
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