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Trump endurece política migratoria: revisión masiva de visas y fin de permisos para camioneros extranjeros

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El gobierno del presidente Donald Trump anunció una nueva medida que marca un endurecimiento sin precedentes en la política migratoria de Estados Unidos: la revisión de más de 55 millones de visas vigentes con el objetivo de detectar posibles violaciones que puedan llevar a la revocación del documento y, en su caso, a la deportación.

El Departamento de Estado confirmó que todos los portadores de visa —incluidos turistas de múltiples países— están sujetos a una “evaluación continua” que revisa antecedentes criminales, posibles excesos de estancia, vínculos con terrorismo o actividades que pongan en riesgo la seguridad nacional. Si se detecta alguna irregularidad, la visa será cancelada de inmediato y, si la persona se encuentra dentro del país, quedará expuesta a un proceso de deportación.

De acuerdo con datos oficiales, en 2023 había en Estados Unidos 12.8 millones de residentes permanentes y 3.6 millones de personas con visas temporales. Sin embargo, la cifra de 55 millones incluye a millones de turistas con visas de entradas múltiples que podrían no estar actualmente en el país. Para Julia Gelatt, del Instituto de Política Migratoria, esta revisión masiva plantea dudas sobre el uso de recursos en viajeros que quizá nunca vuelvan a territorio estadounidense.

El proceso se ampliará con nuevas herramientas tecnológicas. Desde este año, los solicitantes de visa deben entregar acceso completo a redes sociales y dispositivos móviles, lo que permite al gobierno revisar información incluso después de haber emitido la autorización. Según el propio Departamento de Estado, desde la llegada de Trump a la Casa Blanca se han revocado más del doble de visas que en el mismo periodo del año anterior, incluyendo casi cuatro veces más permisos de estudiantes.

A la par de esta revisión, el secretario de Estado Marco Rubio informó que Estados Unidos dejará de expedir visas de trabajo a conductores de camiones comerciales. La medida, publicada en la red social X, busca —según Rubio— proteger la seguridad vial y los empleos de los camioneros estadounidenses, argumentando que el incremento de operadores extranjeros “pone en riesgo vidas y afecta la economía local”.

El Departamento de Transporte ya había reforzado en meses recientes la exigencia de que los choferes extranjeros hablen y lean inglés con fluidez, luego de incidentes fatales en los que se señaló como factor la falta de dominio del idioma. El propio Departamento de Estado suspendió de inmediato el procesamiento de nuevas visas para camioneros con el fin de revisar protocolos de evaluación.

No obstante, expertos advierten que la decisión podría tener efectos adversos. Edward Alden, del Consejo de Relaciones Exteriores, recordó que los trabajadores extranjeros han sido clave para compensar la escasez de operadores en el sector. A su juicio, la decisión forma parte de un esfuerzo más amplio para desalentar a empresas, universidades y hospitales de contratar mano de obra extranjera, con consecuencias económicas que podrían ir mucho más allá de los transportistas.

En paralelo, el gobierno detalló que desde enero se han revocado más de seis mil visas de estudiantes por excesos de estancia y violaciones a la ley, de las cuales entre 200 y 300 estuvieron vinculadas con actividades terroristas o apoyo a organizaciones designadas como tal.

La política refuerza así el enfoque restrictivo de la administración Trump, que busca limitar la entrada y permanencia de extranjeros en Estados Unidos, endureciendo los requisitos de seguridad y enviando un mensaje claro: ningún portador de visa está exento de una revisión exhaustiva.

México

México acordó con Estados Unidos liberar agua del Río Bravo desde el 15 de diciembre

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El Gobierno de México y Estados Unidos fortalecieron su cooperación para la gestión del agua en la cuenca del Río Bravo, tras varias semanas de negociaciones, y acordaron iniciar entregas de agua a partir del 15 de diciembre, informó la Secretaría de Relaciones Exteriores mediante un comunicado.

Ambos países coincidieron en la importancia de cumplir con las obligaciones establecidas en el Tratado de Aguas de 1944, instrumento que regula la distribución del recurso hídrico y la administración de aguas compartidas entre las dos naciones. Como parte del acuerdo, México liberará un volumen de 249 mil 163 millones de metros cúbicos de agua para Estados Unidos, conforme a los términos del tratado.

La Secretaría de Relaciones Exteriores precisó que las entregas se realizarán dentro del marco legal vigente, respetando la disponibilidad hidrológica y los límites operativos establecidos, sin afectar el suministro de agua para consumo humano ni la producción agrícola en la región fronteriza.

El entendimiento se consolidó después de que el 8 de diciembre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reclamara a México el adeudo de agua correspondiente y advirtiera sobre la imposición de aranceles de 5 por ciento en caso de incumplimiento. Un día después, el 9 de diciembre, se llevó a cabo de manera virtual la quinta reunión binacional del año para dar seguimiento a las entregas y evaluar la situación técnica.

En dicho encuentro participaron funcionarios de alto nivel de ambos gobiernos. Por parte de México asistieron el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué; el subsecretario para América del Norte y encargado del despacho de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Roberto Velasco; y el titular de la Comisión Nacional del Agua, Efraín Morales. Por Estados Unidos participaron la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, y el subsecretario de Estado, Christopher Landau.

El Tratado de Aguas de 1944 no solo contempla la entrega de agua, sino también la generación de energía eléctrica, el control de avenidas, obras de saneamiento del río Tijuana y la operación de las presas internacionales Falcón y La Amistad. Ambos gobiernos señalaron que han trabajado de manera coordinada para atender el ciclo actual y cubrir el déficit del ciclo anterior, conforme a lo establecido en el Artículo 4 del acuerdo.

Las autoridades destacaron la necesidad de mantener el diálogo técnico a través de la Comisión Internacional de Límites y Aguas y la International Boundary and Water Commission, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad del recurso hídrico y la protección de la población y la agricultura frente a la sequía histórica. Con este acuerdo, México reiteró su compromiso con los tratados internacionales y la cooperación bilateral en materia de agua.

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