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Resto del mundo

Trump evade hablar de control de armas tras matanza en Florida

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, buscó desviar el debate sobre la necesidad de imponer nuevos controles sobre el derecho a las armas, sugiriendo que el responsable de la masacre en una escuela secundaria en Florida tenía problemas mentales.

En un mensaje esta mañana en su cuenta de Twitter, Trump mencionó los reportes sobre la conducta del adolescente, identificado como Nikolas Cruz, omitiendo toda referencia al rifle de asalto AR-15 que utilizó la víspera en el ataque que dejó 17 muertos y unos 15 heridos.
“Tantos signos de que el pistolero de Florida estaba mentalmente perturbado, aún expulsándolo de la escuela por mala y errática conducta. Los vecinos o compañeros de clases sabían que él era un gran problema. Siempre hay que reportar tales instancias a las autoridades, una y otra vez”, escribió.
La observación del mandatario se produjo dos días después que firmó una ley que eliminó una regulación adoptada por la administración del expresidente Barack Obama para dificultar que persona con enfermedades mentales puedan tener acceso a armas de fuego.
La regulación fue implementada después de la masacre en la escuela primaria de Sandy Hook, en Connecticut, en 2012, donde 20 niños y seis adultos murieron tras un ataque llevado a cabo por un joven con un arma semiautomática.

Beam Furr, alcalde del condado de Broward, reveló que Cruz había estado recibiendo tratamiento en una clínica de salud mental por un tiempo, pero que no había vuelto a la clínica por más de un año.

El joven fue expulsado el año pasado de la secundaria Marjory Stoneman Douglas, donde uno de sus profesores, Jim Gard, reveló que esa acción derivó de las amenazas que éste profirió contra otros estudiantes.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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