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Trump llama a los demócratas ‘antiamericanos’ por no aplaudirle

El presidente Donald Trump acusó el lunes a los demócratas de ser «antiamericanos» y tal vez incluso «traidores» por negarse a alentar las noticias positivas durante su discurso sobre el Estado de la Unión, mientras daba la apariencia de promocionar nuevos recortes de impuestos en una sesión que golpea a la oposición política.

A pesar de que Trump celebró los recortes de impuestos y la economía, el Dow Jones Industrial Average dio un paseo salvaje durante su discurso de casi una hora, cayendo más de 1000 puntos, recuperando algunas pérdidas y luego cayendo nuevamente. Trump ha comentado con frecuencia las ganancias en el mercado durante su primer año en el cargo, pero guardó silencio sobre los giros del día durante su aparición en una compañía de Ohio que fabrica cilindros.

Trump y su esposa, Melania, convirtieron el día de la política interna en uno de «él y ella». La primera dama acompañó al presidente a Ohio, pero ella se fue para visitar el hospital de niños de Cincinnati para recibir información sobre la epidemia de opiáceos mientras lanzaba los recortes de impuestos que promulgó justo antes de Navidad.

Durante lo que se convirtió en un discurso amplio, Trump criticó a la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, por describir como «migajas» las bonificaciones de 1000 dólares o más que algunas compañías, incluyendo la que él habló, le están dando a sus trabajadores como resultado de los cortes de impuestos.

También acusó a los demócratas de ser «antiamericanos» por no aplaudir durante su discurso al país la semana pasada, en contraste con sus colegas republicanos, a quienes Trump dijo que estaban «volviéndose completamente locos» por todo lo que dijo.

Eran como la muerte. Y antiamericano; dijo Trump sobre los demócratas. Alguien dijo traidor ¿Podemos llamar a eso traición? ¿Por qué no?

«Ciertamente no parecían amar mucho a nuestro país»
Ciertamente no parecían amar mucho a nuestro país, dijo el presidente.
En cuanto a Pelosi, que representa a San Francisco, Trump dijo: «Es una mujer rica que vive en una gran casa hermosa». Dijo que la observación de «migajas» no era un «buen día» para Pelosi, a quien se refería como el «arma secreta» de los republicanos.

Pelosi respondió en Twitter y escribió: «Todos los estadounidenses deberían estar alarmados por cómo @realDonaldTrump está trabajando para que la lealtad hacia él sea sinónimo de lealtad hacia nuestro país. Así no es como funciona la democracia».

Trump también predijo que a los republicanos les irá bien en las elecciones legislativas de noviembre.

Agencias

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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