El presidente de Estados Unidos, Donald Trump y su homólogo ruso, Vladimir Putin, habló por teléfono el martes sobre la guerra en Siria por primera vez desde que Trump ordenó un ataque con misiles contra una base aérea del régimen sirio el mes pasado.
La Casa Blanca dijo en un comunicado que Trump y Putin discutieron la necesidad de «poner fin a la violencia» en Siria y la propuesta de Trump de crear zonas seguras. Los dos líderes también discutieron sobre terrorismo en Medio Oriente y de los peligros del programa nuclear de Corea del Norte, dijo la Casa Blanca.
Trump aceptó enviar un representante a las conversaciones de alto el fuego en Siria, que comienzan el miércoles en Kazajstán.
«El presidente Trump y el presidente Putin acordaron que el sufrimiento en Siria se ha prolongado durante demasiado tiempo y que todas las partes deben hacer todo lo posible para poner fin a la violencia», dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Por su parte, en su lectura de la llamada, el Kremlin dijo que se centró en «la posibilidad de coordinar las acciones de Rusia y EE.UU.» en la lucha contra el terrorismo en Siria y que los dos líderes acordaron «intensificar» las conversaciones a través del secretario de Estado y el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia.
«El objetivo es crear las condiciones para poner en marcha un proceso de solución real en Siria», dijo el Kremlin en un comunicado.
La llamada telefónica fue la tercera entre los dos líderes desde Trump asumió el cargo en enero, y se produjo en medio de un nuevo deterioro de las relaciones entre EE.UU. y Rusia, a pesar del deseo expresado de Trump de mejorarlas.
Rusia condenó el ataque de Estados Unidos a una base aérea de Siria el mes pasado y suspendió brevemente la línea de comunicación establecida con el Ejército de Estados Unidos para evitar colisiones entre las fuerzas aéreas de ambos países sobre el espacio aéreo sirio. El gobierno ruso también se ha negado a aceptar el consenso internacional de que el régimen sirio llevó a cabo un ataque químico contra sus propios civiles -que llevó al ataque estadounidense-.
La llamada del martes fue precedida por una visita del secretario de Estado, Rex Tillerson, a Moscú después del ataque a la base siria, que incluyó una reunión de casi dos horas entre el jefe de la diplomacia estadounidense y Putin.
Por otro lado, en una entrevista este fin de semana, Trump se negó una vez más a culpar a Rusia del hackeo durante la elección presidencial de 2016 en Rusia, a pesar de un consenso abrumador por parte de la policía y las agencias de inteligencia de Estados Unidos. Trump reiteró que el ataque informático pudo haber sido llevado a cabo por cualquier país.
Trump y Putin tienen otros temas a tratar.
El conflicto en Ucrania, donde Rusia ha respaldado a los separatistas, sigue sin resolverse y EE.UU. no ha levantado las sanciones contra Rusia por su papel en ese conflicto y su anexión de Crimea.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.