Casi uno de cada tres pasajeros reportó haber dejado encendido algún dispositivo electrónico portátil a lo largo del año pasado, según una encuesta de la Asociación de Electrónicos para el Consumidor de Estados Unidos.
Actualmente, un grupo de especialistas del gobierno de Estados Unidos y de la industria estudia si es seguro usar dispositivos electrónicos personales en los aviones, y reportará sus hallazgos y recomendaciones a la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés).
«La FAA reconoce que los consumidores están intensamente interesados en el uso de aparatos electrónicos personales a bordo de las aeronaves», dijo un vocero de la FAA. «Por ello, encargamos a un grupo de expertos del gobierno y la industria que investigaran los problemas de seguridad y si es factible cambiar las restricciones actuales.
Entonces, ¿los teléfonos celulares pueden derribar aviones? ¿Los lectores electrónicos son realmente tan peligrosos a menos de 3.000 metros de altitud (10.000 pies)? ¿El bluetooth puede matarte?
Hablamos con expertos, revisamos los reportes recientes y esto es lo que descubrimos.
El riesgo es bajo
No podemos encontrar un caso en el que la interferencia electromagnética de un dispositivo electrónico portátil haya derribado un avión comercial o que haya sido un factor que contribuyera a un accidente.
Sin embargo, quienes dicen categóricamente que no hay pruebas de que los dispositivos electrónicos hayan causado interferencia en los aviones están equivocados (hablaremos más de eso más adelante).
Las consecuencias son grandes
Un teléfono celular no tiene que bloquear la radio de un piloto para ocasionar una catástrofe. Ese es un escenario improbable. Sin embargo, a las autoridades de seguridad les preocupa que los dispositivos electrónicos portátiles puedan contribuir a un accidente.
En el Laboratorio de Interferencia Electromagnética de Boeing, en Seattle, el ingeniero Kenny Kirchoff entra en una sala protegida de la energía eléctrica. Enciende una laptop ubicada cerca de una antena y luego señala un monitor. Las emisiones eléctricas de la laptop se superponen a una línea que representa las radiofrecuencias de un avión.
«Puedes ver que algunas de las señales de la laptop rebasan el límite», dijo Kirchoff. «Eso significa que existe el potencial de que este aparato interfiera con las radios».
¿Eso provocará que un avión caiga?
«No se trata necesariamente de que un teléfono pueda provocar la caída de un avión», dijo. «Ese no es realmente el problema. El problema es interferir con el avión y causar más trabajo para los pilotos durante las fases críticas del vuelo. Cuando despegan y aterrizan, esas son las fases del vuelo que requieren que un alto nivel de concentración de parte de los pilotos».
Si un dispositivo electrónico portátil causa un problema que distraiga la atención de los pilotos, se reducirá el nivel de seguridad en el avión. Se volverá un avión en el que no querrías estar.
Ha ocurrido antes
Los pilotos han reportado casos en los que sospechan de interferencias.
Entre 2003 y 2009, hubo 75 casos de sospecha de interferencia de dispositivos electrónicos, entre ellos 29 que involucraban a teléfonos móviles, según un estudio de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés).
Eso equivale a un evento por cada 283.300 vuelos.
Aunque es inusual, los reportes indican que esa clase de interferencia puede afectar a casi todos los sistemas de un avión, desde los de comunicaciones y navegación hasta los controles de vuelo (como el piloto automático) y los de advertencia.
La IATA no pudo confirmar de forma independiente que los aparatos electrónicos personales hayan causado los problemas, y replicarlos puede ser difícil o imposible.
Sin embargo, los pilotos dijeron que cuando se indicaba a los pasajeros que apagaran los dispositivos electrónicos, desaparecía el problema.
Más vale prevenir que lamentar
La FAA señaló que los aparatos electrónicos personales «podrían ser potencialmente peligrosos para las comunicaciones y la navegación de una aeronave».
Las aerolíneas son responsables de determinar cuándo se pueden usar los dispositivos. La mayoría sigue las directrices de la FAA que permiten el uso de dispositivos cuando el avión se encuentre sobre los 3,000 metros (10,000 pies) de altitud, lo que da a los pilotos tiempo para resolver los problemas que surjan. Las aerolíneas que quieran permitir el uso de dispositivos por debajo de los 3,000 metros deben certificar que los dispositivos en específico son seguros.
El dilema de los celulares
Los celulares y las laptops con capacidad de conectarse a una red inalámbrica entran en una categoría particular cuando están en modo de transmisión. LA FAA prohíbe esas transmisiones por la posible interferencia con una aeronave y la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos las prohíbe por el potencial de interferencia con las redes inalámbricas en tierra.
Por ello, los especialistas no considerarán el uso de teléfonos celulares para comunicaciones por voz durante el vuelo.
En adelante, probablemente se ofrezcan más servicios de telefonía celular y de wifi en los aviones, pero solo como parte de los sistemas del avión que estén diseñados para manejar las señales.
Pero, muchos pasajeros simplemente no están seguros de cuándo o cómo pueden tener encendidos sus dispositivos.
«Sigue siendo un hecho que los pasajeros realmente desconocen —cuándo encender o apagar sus (smartphones) a bordo de una aeronave— si activar solo el WiFi y/o las funciones celulares», señaló Airbus en el documento que presentó ante la FAA.
Además, si los pasajeros no saben cómo operar los dispositivos que poseen, ¿se puede esperar que los sobrecargos entiendan los dispositivos que desconocen?
Los riesgos crecen… y se reducen
Cuando la FAA reguló por primera vez los dispositivos electrónicos en 1966, los reguladores estaban preocupados por la interferencia de la radio FM. Actualmente, los viajeros vienen equipados con smartphones y tabletas, con wifi y lectores electrónicos, tecnología bluetooth y audífonos que suprimen el ruido.
Los aviones también se han vuelto más sofisticados. En 1966, los controles de la cabina estaban unidos con las superficies de control por medio de conexiones mecánicas. Actualmente están conectados por cables y aumenta el potencial de interferencia.
Sin embargo, los aviones modernos también se construyen pensando en los dispositivos electrónicos portátiles. Los técnicos «endurecen» a las aeronaves más nuevas contra la interferencia electromagnética y los «inmunizan» contra los problemas. La tecnología crea un problema y la tecnología lo resuelve.
Otras consideraciones
La FAA debe considerar también los factores no técnicos.
¿El que los pasajeros usen dispositivos electrónicos impide que escuchen las instrucciones de seguridad? ¿Las laptops pueden convertirse en misiles si el avión encuentra turbulencia durante despegues y aterrizajes? ¿Qué pueden hacer las aerolíneas para que se cumplan las nuevas reglas, cuando las antiguas se ignoran rutinariamente?
Le preguntamos a una pasajera si había apagado su teléfono. Dice que sí, pero solo porque la tripulación emitió tres advertencias.
«Típicamente (siempre) dejo mi teléfono encendido», dijo.
¿Por qué?: «No creo que tener nuestro teléfono encendido realmente interfiera. Además… me gusta recibir mis mensajes en cuanto aterrizo».
Una pasajera no relacionada interviene y dice que deja su teléfono en modo avión. «Creo que si la gente fuera honesta, al menos la mitad admitiría que tiene su teléfono encendido».
You must be logged in to post a comment Login