El presidente turco, Tayyip Erdogan, advirtió a Rusia que “no juegue con fuego», aunque agregó que no quiere dañar las relaciones con Moscú, en comentarios que exacerbarían en vez de calmar la disputa por el derribo de un avión de combate ruso esta semana.
Las relaciones entre los viejos antagonistas durante la Guerra Fría entraron en una renovada crisis después de que Turquía derribara un avión cerca de la frontera siria el martes.
Rusia amenazó con tomar represalias económicas contra Ankara, algo que Erdogan desestimó y calificó como «emocional» e «impropio».
Muy sinceramente recomendamos a Rusia que no juegue con fuego», dijo Erdogan a seguidores durante un discurso en Bayburt, en el noreste de Turquía. «Realmente damos mucha importancia a nuestras relaciones con Rusia (…) no queremos que estas relaciones sufran daño de ninguna manera», agregó.
Erdogan dijo que podría conversar con el presidente ruso, Vladimir Putin, en una cumbre sobre cambio climático que se celebrará la próxima semana en París.
La discusión sería bien recibida por Estados Unidos y la Unión Europea, que temen que la disputa haya sido una distracción de la lucha contra militantes del grupo Estado Islámico en Siria.
Putin se ha negado hasta ahora contactarse con Erdogan porque Ankara no quiere pedir disculpas por el derribo del avión, dijo el viernes Yuri Ushakov, un asesor de Putin.
Erdogan dijo que Turquía derribó el avión como resultado de lo que llamó la ejecución automática de las normas de intervención.
El presidente de la Cámara baja del Parlamento ruso, Sergei Naryshkin, dijo el viernes que Moscú tenía el derecho de llevar a cabo una respuesta militar, calificando el incidente como «asesinato intencional de nuestros soldados».
Fuente Excelsior