Conecta con nosotros

Resto del mundo

Uber no podrá renovar su licencia en Londres

El organismo del Gobierno local encargado del transporte de Londres, TFL, ha denegado la petición de la licencia para operar como alquiler privado a la aplicación de móvil Uber. Sus declaraciones se sustentan en la creencia de que Uber no es ni apta ni adecuada para tener dicho derecho. “Demuestran una falta de responsabilidad corporativa en relación con una serie de cuestiones que tienen potenciales implicaciones de seguridad pública y seguridad”. Ahora, la aplicación móvil de transporte tiene 21 días para apelar la sentencia bajo el amparo de la Ley de vehículos de alquiler privado de 1998. La licencia actual que tiene Uber expira el 30 de septiembre, pero podría continuar operando durante todo el proceso de apelación.

Tom Elvidge, director general de Uber Londres, se ha mostrado sorprendido por la noticia de TFL por la cual cree que más de 40.000 conductores con licencia estarán sin trabajo si la medida continúa, además de privar a los ciudadanos de la capital británica de una alternativa de transporte cómoda y asequible.

La anulación de la licencia de Uber estaba siendo esperada por varios organismos en Reino Unido

Esta medida viene después de que los políticos británicos pertenecientes a los grupos laborista, conservador y liberal demócrata se dirigiesen a TFL para pedir la denegación de la licencia de Uber en Londres. También a raíz de las acusaciones de la policía metropolitana de Londres por todas las denuncias que no había reconocido la empresa de transportes sobre las agresiones sexuales a los clientes de la misma. La asociación de los taxistas con licencia (LTDA por sus siglas en inglés) fue uno de los grupos más críticos con Uber debido a la polémica con las declaraciones de abusos sexuales. Su director general, Steve McNamara, apeló a la seguridad por encima de todo, algo que según él Uber no ha cumplido.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto