Un agricultor belga de la localidad valona de Erquelinnes removió una piedra que obstaculizaba el paso a su tractor y alteró así, sin proponérselo, la frontera entre Francia y Bélgica, dieron a conocer este martes medios locales.
Hace más de una semana, especialistas y apasionados de la historia local notaron una anomalía en un bosque de Montignies-sur-Roc, pequeño pueblo fronterizo. Encontraron un hito o marcador de límites con la inscripción «1819», cuya localización no se correspondía con su ubicación en los mapas. Posteriormente, un residente local les confirmó que la piedra había sido removida por el propietario de un campo vecino, que quiso ararlo sin impedimentos. Sin saberlo, amplió así el territorio belga en 2,2 metros cuadrados, en detrimento de la colindante ciudad francesa de Bousignies-sur-Roc.
El alcalde de Erquelinnes, David Lavaux, pidió al agricultor que volviera a poner el hito en su lugar, explicándole que en caso contrario, el Ministerio de Relaciones Exteriores podría involucrarse. «Los límites se acordaron entre los reyes de Francia y los Países Bajos en 1819, tras la restauración de la monarquía […] y después de la batalla de Waterloo», recordó el funcionario. «Los hitos limítrofes nunca se habían movido desde entonces. Hasta este momento», puntualizó Lavaux.