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Resto del mundo

Un artista subasta una escultura invisible y la compran por 18.300 dólares

El artista italiano Salvatore Garau ha conseguido vender el vacío por 15.000 euros (unos 18.300 dólares), presentándolo en una subasta como una escultura inmaterial. La obra de arte es completamente invisible (y cualquier persona está en su legítimo derecho de poner en duda su existencia), pero lo más sorprendente en esta historia probablemente son los requisitos impuestos por su creador.

La escultura, que lleva el nombre ‘Yo soy’ (‘Io sono’, en italiano), debe colocarse en una casa particular, en una habitación especial libre de cualquier obstáculo y con dimensiones de unos 150 x 150 centímetros, reporta Il Giorno. La iluminación y el sistema del control del clima, aparentemente, no son imprescindibles, pues no se podrá ver nada en todo caso.

Para quienes asumen que el artista los burló a todos, llevando el arte moderno a un nuevo nivel desde los tiempos de la banana pegada a la pared y valorada en 120.000 dólares, Garau tiene una respuesta contundente: no vendió un nada, vendió un vacío.

«El vacío no es más que un espacio lleno de energía, y aunque lo vaciemos y no quede nada, según el principio de incertidumbre de Heisenberg, ese nada tiene un peso«, argumentó Garau. «Por tanto, tiene energía que se condensa y se transforma en partículas, es decir, en nosotros», explicó.

«En el momento en que decida exponer una escultura inmaterial en un espacio determinado, ese espacio concentrará cierta cantidad y densidad de pensamientos en un punto preciso, creando una escultura que desde mi solo título adoptará las más variadas formas», resumió el artista.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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