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Nueva Moda: Un dedo menos en el pie para mayor comodidad

Con el fin de poder lucir tacones más altos, mujeres en todo el mundo comenzaron a analizar la posibilidad de amputarse el dedo meñique del pie, para usar los zapatos con mayor comodidad.

Ante esto, muchos cirujanos se han negado a realizar tal cirugía debido a que consideran es algo verdaderamente innecesario.

Especialistas del área afirman que esta cirugía plástica es totalmente innecesaria y que cuesta miles de dólares. “Los dedos del pie desde el punto de vista funcional, excepto el primer dedo, no tienen una función individual… Quitar el quinto dedo, es una intervención que no tiene cabida”, explicó Ricardo Galán, miembro de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica que se pronunció respecto a este tema, según publica RCN Radio

En representación de la Asociación Americana de Podología Médica, el doctor Brenner expresó que tal medida de estética está fuera de los estereotipos naturales de belleza.

“Yo solo hago cirugías para las personas que tienen problemas. Si no es así no hay cirugía”, expresó a CBS News el doctor.

Sin embargo, algunas mujeres también manifestaron las ventajas de realizar esta operación: “a menos que hayas estado allí, sin encontrar zapatos, y sintiendo mucho dolor, no puedes juzgarnos. Yo tenía callos y todo tipo de problemas con mi pie izquierdo. Y finalmente, ha sido una solución”, respondió, Susan Deming, que se ha sometido a un acortamiento de un dedo del pie.

Cabe destacar que el 87% de las mujeres tienen problemas en los pies por usar zapatos mal ajustados y tacones incómodamente altos, esto de acuerdo a los datos proporcionados por la Asociación Americana de Podología Médica.

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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