Un hombre del sur de la Florida mató a su esposa e hijo con una ballesta, recorrió 460 millas (740 kilómetros) para intentar matar a su otro hijo, y luego, se cortó la garganta.
Su violenta conducta llevó a Pedro Maldonado de un extremo del estado al otro.
Mientras la oficina del alguacil del condado de Broward continúa armando una línea de tiempo, detectives creen que el lunes, Maldonado le disparó y mató a su esposa Mónica Narváez-Maldonado, de 47 años, y a su hijo de 17, Pedro Maldonado Jr., con una ballesta en su casa ubicada en la ciudad de Weston. Weston se encuentra a más o menos 13 millas (20 kilómetros) de Fort Lauderdale.
El informe del alguacil dice que Maldonado, de 53 años de edad, luego recorrió más o menos 460 millas (740 kilómetros) hacia el norte de Tallahassee en un intento por asesinar a su hijo mayor, José Maldonado, quien asiste a la Universidad Estatal de Florida.
«Su papá le disparó con la misma ballesta portátil y la flecha lastimó a José en la oreja», le indicó Dani Moschella, vocera del departamento del alguacil, a WSVN, afiliada de CNN. «Luego, su padre trató de estrangularlo, y José afortunadamente logró escapar».
José Maldonado nunca reportó el ataque a la policía, pero fue la confesión que su padre le hizo a un amigo el martes lo que puso a las autoridades tras sus pasos.
El informe del alguacil del condado de Broward dice que Pedro Maldonado llamó a un amigo en Miami y admitió haber matado a su esposa y a su hijo. Poco tiempo después, las autoridades encontraron sus cuerpos en su casa ubicada al sur de la Florida.
Más tarde ese día, las autoridades se enteraron de que Maldonado podría estar en el área de Lake City, a más o menos 100 millas (160 kilómetros) al este de Tallahassee. La oficina del alguacil del condado de Columbia encontró su camioneta en un hotel.
Después de tratar de hacer contacto con Maldonado durante horas, entraron a su habitación y lo encontraron muerto el miércoles temprano. Se cortó la garganta, según las autoridades.
«Los conocía. Eran buenos vecinos. Nunca escuché nada en la casa, no hubo gritos, peleas, nada», le dijo a WSVN la vecina Ana Maldonado, quien no es familiar de ellos. «Es terrible. No veo por qué los padres tienen que involucrar a los hijos. Si tienes un problema, resuélvelo.
«Hubiera hecho lo que hizo solo, en un lugar lejano, pero hubiera dejado a su familia en paz».
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