¿Qué pasaría si comer saludablemente fuera tan fácil como jugar?
En marzo de 2010, la cafetería del Hospital General de Massachusetts, en Estados Unidos etiquetó los artículos saludables con una “luz verde”, los menos saludables con una “luz amarilla” y los no saludables con una “luz roja”. Los artículos más saludables también fueron colocados en lugares «estelares» de la cafetería, mientras que los artículos no saludables fueron puestos debajo del nivel de la vista.
El método “Luz Verde, Luz Roja” es uno de los favoritos entre los expertos que luchan contra la obesidad infantil. Pero los médicos en el Hospital General de Massachusetts querían saber si los colores realmente podrían inspirar hábitos de alimentación más saludables entre los adultos a largo plazo.
Los resultados de su estudio fueron publicados este mes en la revista American Journal of Preventive Medicine.
El estudio
Un sistema rastreó todas las compras de la cafetería del hospital entre diciembre de 2009 y febrero de 2012. Los primeros tres meses de datos fueron utilizados como punto de referencia para propósitos de comparación.
En marzo de 2010, todos los alimentos y bebidas fueron etiquetados con una estampa visible verde, amarilla o roja. Aquellos con una estampa verde fueron puestos al nivel de la vista y en lugares fáciles de alcanzar. Se utilizaron señalamientos, tableros de menús y otras promociones para explicar los cambios.
La cafetería tuvo un promedio de 6,511 transacciones diariamente y aproximadamente una tercera parte fueron de empleados del hospital que utilizaron la cafetería regularmente. Doce meses después del comienzo del estudio, los investigadores analizaron la cantidad de compras de cada grupo de colores, y las compararon con los totales del punto de referencia. Hicieron lo mismo después de 24 meses.
Los resultados
La cantidad de artículos rojos comprados en el periodo del estudio disminuyó de 24% en el punto de referencia a 21% en los seguimientos de 12 y 24 meses después. La mayor disminución se vio en las bebidas con etiqueta roja (como el refresco regular); de 27% en el punto de referencia a un 18% en 24 meses.
Las ventas de los artículos verdes aumentaron de un 41% a un 46%.
En otras palabras, los que iban a la cafetería compraron más agua y alimentos más saludables en el periodo de estudio en comparación con lo que compraban antes de que el sistema de semáforo entrará en vigor.
Los empleados mostraron la mayor mejora: sus compras de artículos rojos disminuyeron en aproximadamente 20%.
La conclusión
“En estos resultados se sugiere que las intervenciones sencillas del ambiente de alimentación pueden jugar un gran papel en las políticas de salud pública para reducir la obesidad”, escriben los autores del estudio.
La autora principal del estudio, la médico Anne Thorndike dijo que los resultados consistentes a los 24 meses sugieren que las personas no se cansaron ni fueron inmunes a las etiquetas útiles en los alimentos, dice.
Thorndike no cree que el sistema de códigos de colores pueda reemplazara la información de nutrición más detallada, pero dice que las etiquetas “transmiten alguna información nutricional básica en un formato que puede ser interpretado y entendido rápidamente por individuos de diversos antecedentes”.
No se aclaró si el sistema de semáforo produjo el cambio en el comportamiento de los consumidores o si fue el reordenamiento de los artículos en la cafetería.
Úsalo en casa
«Las familias podrían utilizar este concepto al categorizar los alimentos en el hogar como ‘verdes’ o ‘rojos’”, dice Thorndike. “Por ejemplo, podrías tener un cajón o estante de aperitivos ‘verdes’ en el refrigerador que los niños puedan seleccionar libremente, y podrías designar un cajón ‘rojo’ para el cual los niños tendrían que pedir permiso antes de tomar un aperitivo”.
Los padres también pueden reordenar sus estanterías para poner aperitivos más saludables al frente y en el centro. Lo sentimos, galletas; la esquina oscura de arriba es para ustedes.
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