Decenas de personas murieron y más de 150 personas resultaron heridas, muchas de ellas en estado crítico, después de que se produjera una estampida durante el festival religioso de Lag Ba’omer celebrado este jueves en el Monte Merón, en Israel.
Según los informes de medios locales, se estima que alrededor de 44 personas fallecieron en el desastre. En el evento participaban unos 100.000 judíos ortodoxos.
De momento, la causa específica del desastre no está clara, pero los servicios de rescate han indicado que pudo haber sido provocado por una fuerte aglomeración de los asistentes cerca de un edificio. Algunos informes apuntan que una multitud de personas quiso entrar en un complejo cerrado, provocando que muchas otras fueran aplastadas contra las vallas.
En un inicio, se informó que la tragedia sucedió después de que un graderío colapsara. Un funcionario de la Policía dio a conocer que varias personas en la tribuna al parecer habían resbalado, aplastando a los que estaban más abajo.
«Sucedió en una fracción de segundo, la gente simplemente cayó, pisoteándose entre sí. Fue un desastre», relató un testigo.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, señaló que se trata de «un terrible desastre». «Todos estamos orando por la recuperación de los heridos. Pido robustecer las fuerzas de rescate que operan en la zona», agregó.
A la escena acudieron múltiples ambulancias e incluso helicópteros para evacuar a las víctimas. Las imágenes publicadas en redes sociales muestras la magnitud del accidente.
Las Fuerzas de Defensa de Israel también desplegaron una unidad y varias aeronaves en el lugar. Sin embargo, en un inicio los equipos de emergencia tuvieron dificultades para realizar su trabajo debido a que el sitio estaba repleto de gente.
Esta fue la primera reunión religiosa de grandes proporciones que se celebra legalmente en Israel desde que en el país se levantó casi todas las restricciones relacionadas con la pandemia de coronavirus. La fiesta judía, en conmemoración del fallecimiento del rabino Shimon Bar Yochai, se prohibió el año pasado.
Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza
La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.
Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.
En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.
Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.
Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.