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Una asistente se apropia de la casa donde trabajaba, luego de que la dueña falleciera por Covid

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Pilar, de 75 años, murió en su casa de la Avenida Juan Carlos I de Leganés por Covid a finales de marzo. Era viuda, vivía sola y tenía desde hacía un mes y medio una asistenta de hogar, una mujer peruana de 33 años llamada Rosa. Esta empleada ordenó por su cuenta la incineración de la anciana sin avisar a sus dos hijas y se instaló de inmediato en la vivienda de la septuagenaria. La Policía investiga los hechos y ha tomado ya declaración a la okupa y a la funeraria que sin permiso de sus descendientes se hizo cargo del cadáver.

Rosana, la hija de Pilar, sospecha que «estamos ante algo más que una okupación, ya que su madre no se encontraba mal» y asegura que diez días antes de su muerte la asistenta puso a su nombre los contratos de luz y agua de la vivienda y los seguros con un supuesto poder otorgado por la anciana. «Me gustaría saber que pasó con mi madre esos dias, yo también tuve coronavirus esa época y estuve 30 días ingresada. Cuando nos enteramos de su muerte ya estaba incinerada», señala. «Creo que mi madre no murió de forma natural y vamos a hacer todo lo posible para que se aclare lo que ha pasado. Tenemos indicios de que la ha podido hacer algo», asevera la hija que es consciente de que sin autopsia va a ser complicado demostrar sus graves acusaciones.

La hija de Pilar relata que su madre tenía una cuidadora desde hace tiempo que se marchó a principios de año y que le recomendaron a Rosa. A mediados de febrero la mujer peruana empezó a trabajar dos horas diarias en la limpieza de la casa. «A finales de marzo yo estaba ingresada por coronavirus pero tenía un contacto diario con mi madre durante esos días del pico máximo de la pandemia. De la noche a la mañana nos dijeron que había muerto. Un día antes de fallecer ella estaba bien y no sabemos que es lo que le pasó porque que el certificado médico señala que mi madre murió por posible Covid-19», apunta la hija. Los vecinos confirman también que dos días antes de fallecer la mujer salió de la casa a comprar el pan y que su estado era «aparentemente bueno». «Yo la ví, hablé con ella y parecía que estaba fenomenal», señaló una amiga de Pilar a Telemadrid.

Sostiene la hija de Pilar que lleva estos meses tratando de esclarecer los hechos y da la gracias a la empresa Desokupa que se ha encargado desde esta semana del caso para tratar de echar a la mujer, que tiene dos niños pequeños a su cargo.

Rosana relata con extrañeza que la asistenta iba a la casa de lunes a viernes y que su madre falleció un sábado. «Ese día no tenía que ir a la casa pero apareció y dice que descubrió el cadáver de mi madre al entrar en la casa pero no avisa al 112 ni hace nada. Ella nos tenía que haber llamado y lo que hizo fue avisar a la funeraria y encargar la incineración y miente diciendo que es la cuidadora y que no tenía hijos», cuenta la hija.

Según las primeras pesquisas, Rosa dijo por teléfono a la funeraria que Pilar no tenía familia. Presentó ante la empresa fúnebre una autorización para la inhumación del cadáver y también aportó una copia del DNI de Pilar y de su propio carné. «Creemos que lo ha falsificado todo. Mi madre era muy desconfiada y no la creo capaz de firmar ese poder. Ni siquiera mi madre le dio las llaves de la casa cuando la contrató y siempre la abría la puerta. No sabemos como tenía las llaves de la casa y el motivo por el que se la encontró muerta», matiza la hija.

El empleado de la funeraria reconoció en su declaración a la Policía que Rosa, la cuidadora, realizó por teléfono la contratación del servicio de incineración debido a la excepcionalidad de la situación de pandemia que se vivía esos días. Y añadió que se aportaron luego todos los certificados correspondientes para tramitar la cremación del cuerpo.

El yerno de Pilar ha intentado sin éxito negociar con la okupa durante las últimas semanas. «Si tuviera dignidad se habría ido ya. La he ofrecido hasta 6.000 euros y la he ofrecido trabajo y un piso de alquiler y me contestó que si le daba 15.000 euros que igual se iba», señala Juanjo, pareja de Rosana.

La supuesta intrusa no ha querido ofrecer la versión de los hechos. Solo comentó que en su país de origen las personas que cuidan de ancianos se quedan con su casa cuando fallecen. «La difunta me autorizó a quedarme la vivienda», dijo a una de las dos hijas de Pilar.

Los responsables de la empresa Desokupa aseguran que están planificando una acción para recuperar la vivienda usurpada el jueves por la mañana. Daniel Estévez, director de Desokupa, señala que se va a acusar a Rosa «de homicidio, hurto, apropiación indebida, usurpación de domicilio y estafa».

Fuente: El Mundo

Deportes

Joshua impone jerarquía y detiene a Jake Paul en una pelea que dividió al boxeo

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Anthony Joshua dejó en claro la diferencia entre un excampeón mundial y una celebridad convertida en boxeador. El británico venció por nocaut técnico a Jake Paul en el sexto asalto de un combate de peso completo celebrado la noche del viernes en Miami, una pelea que desde su anuncio generó polémica por el contraste de experiencia, tamaño y trayectoria entre ambos contendientes.
El enfrentamiento, pactado a ocho rounds profesionales, despertó críticas por los riesgos que implicaba para Paul, quien llegó con marca de 12 triunfos y una derrota frente a Joshua, dos veces campeón del mundo y con récord de 28 victorias y cuatro caídas. Sin embargo, contra la mayoría de los pronósticos, el estadounidense resistió más de lo esperado y logró extender la contienda hasta bien entrada la segunda mitad.
Desde el inicio, Paul optó por el movimiento constante y el amarre, una estrategia evidente para consumir tiempo y evitar los golpes de poder del británico. Joshua, por momentos impreciso y visiblemente frustrado, tardó en encontrar su distancia, aunque poco a poco fue imponiendo su físico y su alcance.
En el quinto episodio llegaron los primeros momentos realmente críticos para Paul. Joshua conectó combinaciones más limpias, provocó dos caídas y estuvo cerca de finalizar el combate, aunque su rival logró sobrevivir con esfuerzo y algo de teatralidad, incluso recurriendo a gestos provocadores hacia el británico.
El desenlace llegó en el sexto round. Joshua salió decidido, conectó una derecha contundente que envió a Paul a la lona y, tras reincorporarse en evidente mal estado, el estadounidense recibió un uppercut y una nueva derecha al mentón que obligaron al réferi a detener la pelea. Paul terminó con el labio inferior partido, pero consciente y sonriente, reconociendo el cierre inevitable.
Más allá del resultado, el combate dejó sensaciones encontradas. Para Joshua, la victoria confirmó su superioridad sin que el análisis técnico vaya mucho más allá. Para Paul, haber llegado al sexto asalto frente a un peso completo de élite fue visto por algunos como una muestra de valentía y por otros como una peligrosa puesta en escena.
El debate sobre este tipo de cruces seguirá abierto, pero en el ring no hubo discusión. La experiencia y el poder de Anthony Joshua marcaron el final.

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