En una decisión sin precedentes, el Senado de la República aprobó por unanimidad la llamada Ley Mincho, una iniciativa que busca poner fin a la explotación de delfines en espectáculos acuáticos en México. La votación de este lunes 23 de junio marcó un fuerte consenso entre todos los grupos parlamentarios, quienes coincidieron en que llegó el momento de replantear la relación del país con los mamíferos marinos en cautiverio.
La legislación, impulsada por la organización Animal Heroes, responde a una creciente exigencia social por el bienestar animal y representa un golpe directo a las industrias de entretenimiento que lucran con los delfines. Además de prohibir que los ejemplares realicen acrobacias en espectáculos, la ley impone nuevas restricciones para su tenencia y reproducción en cautiverio.
Entre los puntos clave de la Ley Mincho se incluyen:
Prohibición de la reproducción en cautiverio, salvo cuando existan fines científicos de conservación.
Prohibición de la incorporación de nuevos mamíferos marinos a colecciones privadas o públicas.
Prohibición de acrobacias forzadas, actos que hasta ahora eran el centro de los espectáculos en delfinarios turísticos.
Prohibición del uso de estanques de concreto, buscando condiciones más naturales y dignas para estos animales.
La ley aún deberá ser aprobada en la Cámara de Diputados para entrar en vigor de forma definitiva, pero su respaldo unánime en el Senado anticipa un camino legislativo favorable.
Animal Heroes celebró la noticia en sus redes sociales, recordando que esta iniciativa surgió del caso de Mincho, un delfín que en 2020 sufrió un accidente al golpearse contra una plancha de concreto durante una acrobacia en un hotel de la Riviera Maya. El ejemplar fue obligado a seguir participando en espectáculos apenas dos días después del incidente. Aunque su estado actual es desconocido, se teme que no haya sobrevivido, y su historia se convirtió en símbolo del maltrato que padecen estos animales en cautiverio.
El caso llegó a manos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), que clausuró el delfinario involucrado y aplicó una multa de 7.5 millones de pesos. Sin embargo, fue la presión ciudadana y la acción organizada de defensores de animales lo que logró llevar el tema al Congreso.
Con esta ley, México se suma a una tendencia internacional en favor del bienestar animal. Países como Canadá, Francia y Chile ya han limitado o prohibido el uso de cetáceos en espectáculos. La Ley Mincho coloca al país en la vanguardia regional en esta materia, aunque aún falta el paso definitivo en San Lázaro para consolidar este avance legal.
“Seguiremos trabajando hasta que los delfines dejen de ser explotados y puedan tener una vida tranquila, sin tener que ‘trabajar’ para comer”, declaró Animal Heroes, dejando claro que esta es una victoria parcial en una lucha que aún continúa.