México se encuentra en una de las zonas de mayor actividad tectónica en el mundo, conocida como el Anillo de Fuego del Pacífico. Esta característica geológica convierte al país en un lugar propenso a frecuentes movimientos sísmicos de diversas magnitudes. Según datos proporcionados por el Servicio Sismológico Nacional, se registra un promedio de 40 sismos diarios en el territorio mexicano.
Dos sismos en particular, ocurridos el 19 de septiembre en los años 1985 y 2017, dejaron una huella imborrable en la memoria de México debido a su considerable magnitud y las devastadoras consecuencias que provocaron, incluyendo víctimas mortales. Estos eventos son considerados como los más destructivos en la historia reciente del país.
A pesar de que no existe un fundamento científico que respalde la idea de que los fenómenos sísmicos o volcánicos puedan repetirse de manera predictiva en fechas específicas, esta preocupación se mantiene arraigada en la conciencia de la población mexicana.
En las primeras horas de la mañana de este martes, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) reportó un sismo de magnitud 4.0, cuyo epicentro se ubicó a 38 kilómetros al sureste de Crucecita, en el estado de Oaxaca.
Frente a esta situación, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) hizo un llamado a evitar la difusión de rumores y noticias falsas, instando a la población a obtener información exclusivamente de fuentes oficiales, que incluyen a las autoridades de Protección Civil a nivel local, estatal y federal.
Horas más tarde, la ciudad de Coyuca de Benítez, situada en el estado de Guerrero, experimentó otro sismo, esta vez con una magnitud de 4.4 y una profundidad de 6.1 kilómetros. El epicentro de este evento se localizó a 57 kilómetros al suroeste de Coyuca de Benítez.