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Resto del mundo

Venezuela sin medicamentos para portadores de VIH

Más de tres mil portadores del virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) en el norteño estado venezolano de Anzoátegui, corren el riesgo de que al terminar el presente mes de enero, se queden sin los tres únicos medicamentos con que se atienden.

En total, el ministerio de Salud de Venezuela distribuye 27 medicamentos, pero en existencia solo tiene tres, y en una cantidad que se agotará al cerrar este primer mes de 2018.
Mildret Bolivar, presidenta de la organización no gubernamental Anzoátegui sin Sida, señaló al diario venezolano El Tiempo que esta es una de las entidades menos afectadas por la falta de este tipo de fármacos.

La falta de medicamentos para este padecimiento es generalizada en Venezuela, donde viven pacientes con tres meses, seis meses y hasta un año sin recibir su respectiva medicación.

De acuerdo al rotativo, un ejemplo de esta situación es un paciente llamado Ismael, quien solo con algunas breves interrupciones tomó durante 22 meses el mismo medicamento.

El pasado octubre debió de cambiar de medicina pues el que venía tomando se agotó, pero en diciembre el segundo fármaco se terminó y a la fecha carece de reemplazo sin que le hayan informado si recibirá otro o reanudará con alguno de los dos anteriores.

Jonathan Rodríguez, presidente de la ONG Stop VIH, atribuye la escasez a que el ministerio de Salud no ha firmado las órdenes de compra al fondo de medicamentos de la Organización Panamericana para la Salud (OPS).

Se trata de un trámite que tarda seis meses desde que el pago es emitido hasta que se reciben las medicinas. Si este procedimiento iniciara ahora, en seis meses más estarían disponibles las medicinas.

Lo anterior significa que la calidad de los pacientes con VIH en Venezuela seguirá deteriorándose.

Desde el inicio del pasado diciembre Rodríguez denunció los problemas de abasto de Complera, Duovir, Kaletra, Truvada, Tenofovir, Kivexa, Telzir, Intelence, Prezista, Efavirenz, Trizivir, Viramune y Funzeon, entre otros.

Se trata de una escasez que afectaba, a principios del pasado diciembre al 90 por ciento de las personas inscritas en el Programa Nacional del Sida para el suministro de medicamentos.

En la página electrónica de esta ONG se precisa que los medicamentos que se agotarán este mes son Atazor, Viraday e Isentress.

Además, los contagios siguen al alza en particular entre los jóvenes de 15 a 35 años de edad, pero quienes además de su contagio enfrentan el problema de que no hay medicinas para su atención.

Alerta que cuando se detiene un tratamiento, el virus se hace resistente y al reanudarse la toma de los medicamentos, éste ya no se inhibe.

Además, el sistema inmunologico queda expuesto a otras enfermedades peligrosas como toxoplasmosis, tuberculosis, herpes, sarcoma de capossi y varios tipo de cáncer.

También alerta que desde 2014 el gobierno venezolano no adquiere las fórmulas lácteas especiales para los hijos de madres portadoras del VIH.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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